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jueves, 13 de junio de 2024

La dignidad humana

Para alcanzar la dignidad humana, en primer lugar, hay que modificar las condiciones sociales y materiales para poder vivir. Es imposible exigir o intentar rescatar a un ser humano de una situación social degradante sin las condiciones materiales de subsistencia que permitan cubrir las necesidades básicas a cada ser humano para elevar su calidad de vida. No es verdad decir que la pobreza dignifica. Hay muchas personas pobres muy dignas. Pero no son dignos por su condición social de existencia, sino por el modo en que afrontan la pobreza. La pobreza material (no poder cubrir las necesidades básicas) no dignifica nada ni es causa, de por sí, de moral alguna. Todo lo contrario, la pobreza material, delata el carácter indigno de la sociedad actual en la que se habita. Para poder vivir auténticamente como persona es poder desarrollarse socialmente para alcanzar la plenitud de sus capacidades. Un ser humano sin trabajo, desocupado, está siendo degradado por la sociedad que ha creado las condiciones para convertirlo en un material de desecho. Un trabajador con su salario miserable solo reproduce y mantiene su energía para poder seguir trabajando, pero no vive, solo dura. Y eso tampoco es digno y la sociedad que lo permite tampoco. En segundo lugar, una vez satisfechas las necesidades materiales de existencia poder desarrollar conciencia de sí mismo que permita desarrollar una vida propia y la de la sociedad en la que se vive, porque nadie se salva solo. La transformación del sistema en el que estamos inmersos, se realiza en conjunto, entre todos y permite revisar los valores y prácticas sociales vigentes y así poder crear una conciencia social en cada uno. Una dignidad material y una dignidad de conciencia son las bases constitutivas de todo ser humano. A partir de haber tomado conciencia de uno mismo y conciencia de la sociedad en que vivimos podemos salir a buscar nuestra propia libertad.