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sábado, 22 de junio de 2024

El ser humano y su corporeidad

En el transcurrir de la historia de la humanidad fueron surgiendo diferentes posturas en relación al cuerpo humano. 1) La primera de ella fue denominada MONISTA: esta postura reduce a uno sólo de los principios o CUERPO o ALMA o MATERIA o ESPIRITU. Durante el período de la filosofía presocrática, Demócrito fue el primero en pensar que el cuerpo humano estaba constituido por átomos. A Epicuro representante de la filosofía antigua, continuador de la teoría atomista de Demócrito, lo ubicamos dentro de esta línea de pensamiento. Y durante la filosofía moderna situamos a Galileo, Darwin, Freud. No podemos dejar de mencionar dentro de esta teoría a Spinoza, en contraposición del dualismo de Descartes, durante el período de la filosofía moderna. Para Spinoza, todos los atributos se identifican entre sí, de manera tal que se evitan los problemas que surgen del dualismo cartesiano, puesto que ya no tiene sentido preguntarse cómo es que actúan las cosas sobre la mente o viceversa. En efecto, si hay una sola substancia, sus atributos, aunque sean infinitos, resultan en definitiva, un solo atributo (puesto que proceden de la misma substancia). Así, a cada cosa le corresponde una idea y esa idea es su "alma",por lo cual, todos los seres estarían animados en un grado diferente. 2) DUALISTA. Entiende al hombre como dos sustancias: cuerpo y espíritu, cuerpo y alma, cuerpo y mente, principios no integrados e independientes entre ellos, que pueden interactuar entre ellos. Esta visión del hombre surge con Platón, que divide al mundo en dos: Mundo Sensible (cuerpo); Mundo inteligible (espíritu, razón). Aristóteles (forma y materia). Esta visión del hombre es tomada por el cristianismo durante la Edad Media (San Agustín y Santo Tomás de Aquino). Y Durante la modernidad, Descartes acentúa el dualismo entre el espíritu (res cogitans) y la materia (res extensa) y Kant (nóumenos y fenómenos). 3) FENOMENOLOGÍA. El fundador de esta corriente filosófica fue el alemán Edmund Husserl y consiste en el estudio de las estructuras de la conciencia que capacitan al conocimiento para referirse a los objetos fuera de sí. Ubicamos dentro de la fenomenología a Heidegger, Sartre, Merleau-Ponty, entre los más destacados. Al cuerpo humano además de su naturaleza biológica, se le agrega la simbólica. La fenomenología piensa al hombre como un ser social y cultural. El cuerpo se convierte en un objeto y medio técnico del hombre. La humanidad es moldeada por la cultura (gestos, formas de caminar, de comer, de sentarse). También el cuerpo es un fenómeno social que varía de acuerdo a las modas, la educación y los prestigios sociales establecidos por la sociedad. Es un microcosmos que encarna la vida social. En síntesis, el cuerpo humano es el resultado de una dialéctica entre la naturaleza y la cultura. Es un conjunto de un todo MENTE/CUERPO/CULTURA/SOCIEDAD. Una forma de ser en el mundo. Una encarnación existencial entre el yo y la cultura. Agrego además la postura de Foucault, que ve al hombre como una construcción del poder, un discurso del poder. El modelo emergentista es una postura filosófica superadora a los modelos que estuvimos viendo en los textos anteriores sobre monismo, dualismo y fenomenológico. Para esta postura la mente humana debe de estar en función del cuerpo material. El cerebro humano es parte de la estructura compleja del cuerpo humano. El hombre es un cuerpo con vida que necesita de la existencia de un órgano que perciba y dirija su acción y eso se llama: cerebro. Para las neurociencias el cuerpo humano es cuerpo-espíritu y cerebro-mente. Es mucho más que cuerpo y cerebro, es una realidad múltiple y una diversidad de estructuras cerebrales y funciones mentales: hay una única estructura psicoorganica. Para esta postura emergentista, el cuerpo humano: El cuerpo tiene diferentes usos, diferentes interpretaciones y desde la antropología filosófica puede ser pensando desde diferentes perspectivas. Tiene motricidad y a través de sus extremidades puede percibir y formar ideas sobre las cosas que rodean al mundo. El cuerpo posee sentimientos, pensamientos, conocimientos, conciencia de sí mismo y de los demás. Tiene noción del espacio y el tiempo. Todo lo que produce a través de la cultura se extiende a su cuerpo para satisfacer sus necesidades básicas (alimentación, vestimenta, vivienda, educación, etc.). El lenguaje le da la capacidad de poder simbolizar y abstraerse para comprender el mundo y poder transmitir los aprendizajes a las generaciones futuras. No solo posee autoconciencia y conciencia reflexiva, además tiene conciencia de la familia a la que pertenece, de la sociedad en la que vive, de su historia individual y universal. Puede abordar problemas filosóficos que le permiten tomar conciencia de su finitud, de su incompletud y buscar el sentido a su existencia. Cuerpo-conciencia-mundo, es una unidad cósmica indisoluble. El cuerpo también puede ser manipulado por el poder y la sociedad, puede convertirse en, un cuerpo dócil y obediente, consumista, en mercancía, en un producto de la moda, en un ser inauténtico, pero también es libre de elegir y ante cada elección es responsable de sus actos éticos. El cuerpo biológicamente tiene sexo (masculino- femenino) y culturalmente tiene género. La asociación americana de psiquiatría define la orientación sexual como la atracción romántica, emocional o sexual de una persona hacia otra. Si esa persona es del sexo contrario se dice que es heterosexual, si es del mismo sexo se dice que es homosexual y si esa persona cae en el espectro continuo de atracción tanto a hombres como a mujeres se dice que es bisexual. Y desde este punto de vista, un cuerpo es libre de elegir su género. Los trastornos de identidad de género desaparecieron del mapa de las enfermedades mentales, junto con la homosexualidad desde el 1973.