La modernidad fue la historia
hecha por los hombres, fue la etapa de las acciones fuertes, de los imperativos
fuertes, del hombre que hace la historia, que se compromete con ella, que
representó a la civilización occidental, cuyas características principales han
sido el capitalismo, el racionalismo, el individualismo, la civilización
urbana, el progreso científico y tecnológico. Puede definirse como el proyecto
de imponer la razón como norma trascendental a la sociedad caracterizada por la
racionalización de la existencia, tanto es así que llegó a hablarse de la razón
como si fuera una diosa.
Pero la modernidad llegó a su
fin con el desenlace en las guerras mundiales y el genocidio nazi. Auschwitz
implica un quiebre, una ruptura en la tradición de la cultura occidental. El
hombre moderno que siempre idealizó a la razón humana como progreso o
civilización, desencadenó en la barbarie que nunca imaginó, convirtiendo a la
razón como instrumento para la muerte.
Max Horkheimer y Theodor
Adorno, en su obra dialéctica del iluminismo, fueron los primeros en manifestar
que la crisis de occidente es la crisis de la razón iluminista, por lo tanto, la razón no es un principio
abstracto, la razón es instrumental, en tanto es un instrumento utilizado por
el hombre para su propio interés.
Luego, Lyotard en su libro la
posmodernidad contada a los niños, continúa con la idea de los filósofos de la
Escuela de Frankfurt, …“todo lo real es racional, todo lo racional
es real: Auschwitz ”…, y va más allá decreta la muerte de los grandes
relatos (Cristiano, Marxista, Iluminista o racionalista y capitalista), A partir de aquí se crea una estética
posmoderna que dice: “los relatos han
muerto”. Esta muerte de los grandes relatos implica que hay pequeños
relatos. Los posmodernos le van a oponer a los grandes relatos, pequeños
relatos. Con la posmodernidad surge una fragmentación de la historia.
Gianni Vattimo, fue el
filósofo que propone el fin de los relatos fuertes o metafísicos y el comienzo
de los relatos o pensamientos débiles que se explicitan como una forma de
nihilismo.
El posmodernismo deconstruye la historia,
dice Derrida. La deconstrucción viene a demostrar que la historia está
fragmentada. Hoy, existe una multiplicidad de voces que crean un escenario que
genera nuevos significados e identidades culturales, étnicas, sexuales,
sociales, que tienen el derecho a expresarse y a ser escuchadas.
Inmerso en este contexto
histórico, donde todas las verdades fueron de-construidas, donde no quedan
utopías por la que luchar, dejó al hombre con una imagen con ciertas
características: prioriza los sentimientos y la inteligencia emocional, por
sobre la razón; pierde la fe en el progreso; cree sólo en lo que percibe de la
realidad; le importa más lo vivencial, lo cercano; se deja llevar por la
opinión mayoritaria mediática; es hedonista, su felicidad es fugaz y, por lo
tanto, vive plenamente el momento, rinde culto a su imagen, le importa solo su
apariencia física; es individualista, consumista.
El personaje mitológico
Narciso es el símbolo del hombre posmoderno, por ser una alegoría del culto a
la imagen.
¿Qué vendrá después de la
posmodernidad? No sabemos. Hay mucho escepticismo al respecto. Para muchos la
posmodernidad ya terminó. Otros piensan que la época actual es post-posmodernidad.
Otros que es un período de transición, de cambio, de algo nuevo que se está
gestando. Otros son optimistas y se animan a ponerle nombre: La nueva era del
HT (ser humano-técnico). Como ser humano solo anhelo la concientización planetaria,
porque es único y debemos cuidarlo para las generaciones venideras. “Sin
planeta, no hay futuro”.