Naturaleza y cultura.
Concepto naturaleza: desde el punto de vista etimológico naturaleza
significaba para los griegos (phýsis) y los romanos (natura), que hacía
referencia al nacimiento o producción de las cosas. Los filósofos presocráticos
fueron los primeros en hablar de naturaleza como arkhé (principio de todas las
cosas).
Puede ser definida como el
conjunto de las cosas que constituyen el universo o la esencia de una cosa que,
a modo de principio activo, hace que esta manifieste un determinado conjunto de
propiedades o características. Es un sistema dotado de leyes propias al margen
de la intervención humana. Está formada por un conjunto de todos los seres no
artificiales que existen en el universo y en el cosmos, regulado por leyes
físicas, químicas, biológicas, etc.
Con el surgimiento de las
ciencias modernas, se definió como naturaleza máquina, cuyo funcionamiento el
hombre conoce a través de leyes.
Concepto de cultura: todo aquello que aprendemos y adquirimos desde
que nacemos –consciente o inconscientemente- se denomina cultura. Significa en
latín cultivar – procede del ámbito de la agricultura-, es decir que a un
hombre sin educación se lo compara con un campo sin cultivar, frente a un
espíritu cultivado u hombre educado, que lee, que va al teatro, al cine, que
entiende de pintura. Etc.
Deriva en dos significados: cultura subjetiva como acumulación de
conocimientos que adquiere una persona en el proceso de aprendizaje; y cultura objetiva producciones
culturales que realiza el ser humano dentro de un contexto social.
Se la define como todas aquellas
actividades, conocimientos, procedimientos, valores e ideas que se producen y
se transmiten por el aprendizaje social. Son elementos culturales las técnicas agrícolas y artesanales, la
construcción de casas, la organización familiar, la vestimenta, tradiciones,
religiones, etc. Hablamos de cultura cuando nos referimos a pueblos, sociedades
o civilizaciones: cultura occidental, egipcia, griega, etc.
Con la modernidad, se entendió a
la cultura como todo aquello que el hombre añade a la naturaleza, por sí mismo
o por sus objetos, como utensilios, herramientas, procesos técnicos. Entonces
cultura sería la intervención consciente del hombre frente a la naturaleza.
Relaciones prácticas y teóricas entre “naturaleza y cultura”, entre “el
hombre y la naturaleza” y entre “el hombre y la cultura”.
Los dos conceptos se relacionan
oponiéndose o complementándose. La naturaleza es lo innato, es permanente,
estable y regular y la cultura es el aprendizaje social adquirido por el hombre
a través de su historia. El ser humano, en su evolución biológica ha sustituido
el instinto (herencia) por el hábito (aprendizaje), que permite la adaptación e
intervención del hombre en la naturaleza. Mientras que la vida biológica está
basada en la transmisión de información genética, como el resto de los
animales, la cultura es posible por un conjunto de capacidades que no tienen
los demás animales, por ejemplo, la capacidad de comunicar y de transmitir
experiencias de vida, de imaginar, de anticipar el futuro y de explorar
alternativas y esto es así porque el hombre es inteligente, tiene la capacidad de
comprender las cosas como reales, o de convertir los signos en símbolos, o de
concebir ideas universales y abstractas.
Por ejemplo, desde el punto de
vista natural el hombre para poder sobrevivir necesita alimentarse, pero
preparar una comida es producto de la cultura humana; el cabello y el vello del
cuerpo humano es heredado, pero vestirnos para cubrirnos del frío es cultural;
caminar nos permite desplazarnos, pero usar una bicicleta es una creación
cultural; morir es un proceso biológico natural, en cambio, enterrar a los
muertos es un rito religioso. por naturaleza nos emparejamos y tenemos
descendencia, pero por cultura lo hacemos mediante una fiesta ritual; por
naturaleza somos capaces de hablar, por cultura nos expresamos en un idioma
aprendido en nuestro entorno.
La antropología y la biología nos
demuestran que todos los individuos son el resultado de una interacción entre
su naturaleza biológica y el medio en el que se desenvuelve.
Relación entre el hombre y la naturaleza.
El hombre es un ser vivo y, como tal, forma parte de la Naturaleza. El hombre es un ser natural, cuya naturaleza específica consiste en la racionalidad, en poseer una inteligencia y una voluntad libre. Dicha naturaleza humana es universal y lo coloca en una situación privilegiada ya que, a diferencia del resto de los seres naturales, su comportamiento no está determinado por los instintos y necesidades naturales sino que, gracias a su voluntad libre puede sacrificar su propia vida o realizar una huelga de hambre.
El hombre siempre ha intentado conocer la Naturaleza,
ya que de ello dependió su supervivencia. El conocimiento del marco natural,
así como su transformación y aprovechamiento motivó e impulsó el conocimiento
científico y la técnica. Gracias a su inteligencia, el hombre ha sabido adaptar
la realidad a sus propias necesidades, ha sido capaz de utilizar la naturaleza
y perfeccionarla acomodándola al modo de ser y necesidades humanas.
Relación del hombre
con la cultura.
Cuando nacemos lo hacemos dentro
de un contexto social y cultural que debemos de aprender. Este proceso de
aprendizaje se denomina enculturación
que utilizamos para interpretar el mundo en el que vivimos desde parámetros
establecidos por la cultura, es el rasgo característico del ser humano.
La cultura le ha servido al
hombre para poder sobrevivir y no extinguirse como especie
El hombre como ser social y cultural: del “paso de la naturaleza a la cultura”
a la “diversidad cultural”. Cómo fue evolucionando el hombre de hombre natural
al ser social y como fue evolucionando de la cultura a la diversidad cultural.
El hombre es el resultado de
sumatoria de la evolución biológica y cultural, sin la cual se hubiera
extinguido. Fue evolucionado
biológicamente en el denominado proceso de hominización, donde sufrió transformaciones
para poder adaptarse al medio ambiente; como por ejemplo: bipedismo, cambios en
la piel, desarrollo de su visión, liberación de las manos, aumento del tamaño
del cerebro que le permitieron incrementar sus percepciones espacio-temporales,
los sentidos, y el lenguaje. El proceso
de humanización, fueron todos los cambios culturales que se fueron
sucediendo al mismo tiempo que se producían los cambios físicos. El hombre fue
incorporando nuevas técnicas y nuevos modos de existencia que le permitieron
cambiar y adaptarse al medioambiente que le permitieron sobrevivir (la caza, el
fuego, el abrigo, el comportamiento social y el uso del lenguaje).
Los seres humanos cuando nacemos,
lo hacemos en un estado de inmadurez total, por lo cual necesitamos de nuestros
padres y tiempo para alcanzar nuestra madurez. Durante ese tiempo en el que
convivimos con nuestra familia y con la sociedad en la que vivimos vamos
generando lazos afectivos, y a través del lenguaje nos vamos comunicando con los
demás y aprendiendo y adquiriendo conocimientos que la cultura humana fue
construyendo en su historia.
Gehlen nos dice que esa carencia fisiológica y anatómica que
tenemos cuando nacemos la vamos sustituyendo con inteligencia, que madura en
sociedad. Aristóteles, pensaba al
hombre como un ser social.
Nos diferenciamos del resto de
los animales por ser los más inteligentes, por tener un cerebro complejo y una
inteligencia con capacidad simbólica, cuyo aprendizaje es a través de la
observación e imitación de los demás miembros de la sociedad.
También somos seres emocionales,
nos alegramos, nos entristecemos, nos enojamos, tememos miedo, nos sorprendemos
de lo que pasa a nuestro alrededor. Las emociones como un estado fisiológico y
una vivencia mental. Además, tenemos sentimientos como un estado emocional a
largo plazo, más duradero y con vivencias complejas.
Pensamos, usamos imágenes,
construimos conceptos, razonamos, tenemos autoconciencia y conciencia de lo que
ocurre a nuestro alrededor. Tenemos voluntad, es decir intención de dirigir
nuestros actos, nuestras acciones hacia un determinado fin práctico. Somos
libres, es decir tenemos libertad para decidir lo que queremos hacer. Como dice
Sartre: “el hombre está condenado a ser libre”. Pero también nos hace responsable
de lo que elegimos. La ética como un acto voluntario y libre nos define como
persona, nos da identidad personal. Somos personas como seres únicos que
elegimos y actuamos.
El hombre solo puede
desarrollarse y adquirir plena capacidad si vive en sociedad, si se relaciona
con otras personas y con los elementos culturales que la sociedad le ofrece.
Todos estos elementos culturales aprendidos lo adaptamos a nuestra
personalidad, intereses y necesidades. Es lo que se denomina como socialización y es el origen de nuestra
individualidad y libertad.
Lo social es una de las
características de la vida humana que implica pluralidad, unión y convivencia.
La familia, el Estado y la Nación constituyen esas entidades sociales.
Hay tres teorías que explican el origen de la socialización humana:
- Hobbes, Locke y Rousseau. Teoría del pacto o contrato social. La sociedad humana tiene su origen en un pacto o libre acuerdo entre individuos. Los hombres ceden parte de su libertad en favor de una estructura superior (Estado) que representa la voluntad general.
- Hegel. Teoría naturalista. La sociedad es un todo orgánico que se constituye como la última fase de un proceso evolutivo de la realidad (materia o espíritu), que se rige por las leyes del determinismo universal.
- Aristóteles y Santo Tomás de Aquino. El hombre es un ser social por naturaleza; el origen, causa eficiente o fundamento de la sociedad radica en la propia naturaleza humana que tiene como característica esencial su sociabilidad. Existe una inclinación natural del hombre a vivir en sociedad: politikón zoion: animal social y político.
En las sociedades actuales
posmodernas coexisten diferentes culturas en un mismo espacio geográfico y social.
Estas culturas cohabitan e influyen muy poco en las demás, donde existe equidad
y respeto mutuo, es lo que se denomina como multiculturalismo es una
ideología o modelo de organización social que posibilita la convivencia de
etnias, sean ellas culturales, religiosas o lingüísticamente diferentes.
Cuando la sociedad de acogida suele
ser hegemónica y se establecen jerarquías legales y sociales que colocan en
inferioridad de condiciones, se denomina etnocentrismo,
porque valora como superior a la cultura propia frente a la ajena. Dificulta la
comprensión de la cultura de otros pueblos y es la fundamentación para
ideologías racistas o xenófobas.
El Relativismo cultural consiste en ponerse en el lugar del otro para
entender su cultura.