¿Qué es la ciencia?
¿Cómo trabaja un científico? Pareciera que la respuesta no tiene dudas. Sin embargo, no
siempre queda claro que se entiende por ciencia o conocimiento científico y,
mucho menos, como se desarrolla el tipo de investigación que realizan los
científicos.
La rama de la filosofía que estudia o trata de dar respuestas
a estos interrogantes, se llama: Epistemología.
Deriva de dos vocablos griegos: episteme
y logos. El primer término significa ciencia
o conocimiento científico y es utilizado por Aristóteles en contraposición
a doxa, cuyo significa es opinión.
El termino logos tiene varias acepciones tales como tratado, estudio, teoría, discurso, razón, argumento. De tal manera
que la epistemología podría ser traducida como una disciplina meta-científica ( es decir, que está
más allá de las ciencias), constituyendo así un discurso sobre la ciencia. Epistemología es el estudio
de las ciencias o teoría de las ciencias o ciencia de las ciencias.
El conocimiento científico (episteme) se diferencia de la
opinión (doxa) por ser un conocimiento fundamentado, esto es, que da razones de
lo enunciado. Y este es el problema de la Epistemología: cuál es la forma en que los
científicos justifican sus teorías o hipótesis.
Como sabemos, no existen un solo método de investigación, ni
tampoco existe el método perfecto; todos ellos son pasibles de ser criticados.
La filosofía de la ciencia indican las dificultades asociadas a la idea de que
la ciencia se basa en un fundamento seguro, adquirido gracias a la observación, la experimentación y en un
procedimiento inferencial que permite arribar a teorías científicas de manera
confiable.
No hay ningún método que permita probar que las teorías
científicas son verdaderas. Pero tampoco existe un método que permita
refutarlas, demostrar de un modo concluyente que son falsas.
Para Paul Feyerabend,
la ciencia no posee rasgos especiales que la hagan superior a otras formas de
conocimiento tales como los mitos o la religión. Para este autor, la ciencia
desempeña un papel como el que desempeño la religión en la edad media. La
ciencia es la religión moderna y la elección entre distintas teorías se reduce
a una elección determinada por valores y deseos subjetivos de los individuos o
grupos que la contemplan.
Las diferentes posiciones epistemológicas son:
¿Cuáles son los
objetos de la ciencia?
El mundo está lleno de cosas que podemos ver como los
árboles, perros, estrellas, etc. La ciencia habla sobre algunas de estas cosas.
Es decir, se dedica a estudiar objetos de cierto tipo.
Los objetos de la ciencia son divididos en dos grupos
distintos:
1.
Los objetos directos u observables: son aquellos a los que podemos
acceder a través de los sentidos (un vegetal, una piedra, una conducta, etc) y
constituyen lo que se conoce como base empírica de la ciencia en cuestión (así
los vegetales constituyen la base empírica de la botánica y la conducta animal,
la etología).
2.
Los objetos indirectos o no
observables: son
aquellos a los que no podemos acceder a través de los sentidos y se conocen
como términos teóricos (gen, átomo, inconsciente, campo magnético, etc.).
Forman parte de las leyes explicativas y permiten una mayor comprensión de los
fenómenos.
Los objetos directos y términos teóricos se ponen en relación
a través de la Regla o Ley de
correspondencia, que funciona, desde el punto de vista lógico, como modus ponens, que es una regla de
deducción que funciona de esta manera: si de una hipótesis A, se sigue una
consecuencia B y la hipótesis se da, entonces, necesariamente, se da la
consecuencia.
Los objetos que constituyen la base empírica de una
disciplina deben de ser observables, se debe poder acceder a ellos a través de
los sentidos, a través de la vista, pero, además, deben cumplir con otros tres
requisitos: decidibilidad, objetividad y
repetitividad.
Decidivilidad o
efectividad. Es el
poseer una cualidad por la cual el científico puede decidir categóricamente por
sí o por no. Esto quiere decir que el investigador tiene que poder decir de
forma definitiva, por ejemplo, si el objeto en cuestión se encuentra presente en un momento
determinado. Así, uno es capaz de contestar la pregunta ¿hay un oso en el
aula?.
Objetividad. Es la realización del ser observable
por varios investigadores. Esto es, varias personas tienen que poder ver lo
mismo, por ejemplo, todo el curso es capaz de observar la inexistencia de un
oso en el aula.
Repetitividad. Se entiende el que un hecho ocurra
en varias oportunidades. Por ejemplo, cada vez que se pone agua al fuego y esta
llega a una temperatura de 100º C, se evapora. Esto puede ser observado varias
veces.
El lenguaje
científico.
De la misma manera que
los humanos usan el lenguaje para comunicarse, los científicos utilizan un
lenguaje específico para hablar sobre los objetos de estudio. Cada ciencia es
un discurso que se expresa en comunicaciones, textos, conferencias, clases,
etc., y como tal posee un lenguaje. Los términos que lo constituyen pueden
clasificarse en así:
Los términos lógicos son utilizados por el científico, aún
sin que este lo note. Estos términos no hacen referencia a nada de la realidad,
pero sirven como conectores en la argumentación (y, o, no, si, entonces, por lo
tanto, etc.).
Por el otro lado los términos descriptivos hacen referencia a
algunos de los objetos de la realidad. Algunos corresponden al lenguaje
ordinario, al lenguaje que utilizamos a diario (frío, blanco, limpio, etc.),
mientras que otros pertenecen al campo de otras disciplinas científicas que se
presuponen en la ciencia en cuestión. Por ejemplo, la medicina presupone la
física y la química entre otras ciencias, y usa términos que corresponden a
ella (kg, ml, etc.). finalmente usa términos especiales que le son propios (hipertensión,
gastritis).
Por último, el lenguaje científico debe de carecer de dos
características propias del lenguaje ordinario: la vaguedad y la ambiguedad.
En el lenguaje cotidiano utilizamos palabras y oraciones que no tienen una
única interpretación posible. Por ejemplo: “voy a ir al banco”, puede ser
relacionado con el banco donde se pagan impuestos o se hacen operaciones
financieras, o a los bancos de las plazas que se utilizan como asiento. El
término “banco” resulta ambiguo, ya que no sé a qué interpretación posible se
refiere. En la ciencia, el uso de los
términos debe de ser claro y preciso y no debe de prestarse a confusiones.
El inductivismo
ingenuo.
El monje franciscano inglés Francis Bacon, fue quien propuso
que la finalidad de la ciencia es la mejora de la suerte del hombre en la
tierra, y según él, la finalidad se lograría recogiendo hechos a través de la
observación organizada y derivando de ella teorías. Insistía que si queremos
entender la naturaleza debemos consultarla, salir al mundo y observarla, no
leer escritos de Aristóteles o la Biblia para buscar respuestas. Esta
afirmación surge como consecuencia de que no se podía afirmar nada que los
contradijera.
Desde el punto de vista gnoseológico es una corriente
empirista, según la cual se accede al conocimiento a través de los sentidos y
no a través de la razón como sostenían Platón, y luego Descartes o Kant. Los
sentidos permiten conocer el mundo que nos rodea y descubrir sus leyes.
Esta corriente tuvo su auge en el siglo pasado con el
positivismo lógico. Ayer y Wittgenstein sostienen una forma extrema de
empirismo, en el cual no sólo las teorías se justifican en la
medida en que se puede verificar apelando a los hechos mediante la observación,
sino que además, solo tienen significado en tanto se puedan derivar de este
modo. Es decir, que aquello que no puede derivar de la observación, aquello que
no se puede reconocer con los sentidos, no tiene ningún tipo de significado.
Esto plantea un serio problema para la ciencia contemporánea. Solo basta
preguntarse si el ADN o la fuerza de la gravedad son observables. Es difícil
sostener que alguien vio estas cosas alguna vez, con lo cual estas teorías
carecen de significado.
Para el intuicionista ingenuo, la ciencia se inicia con la
observación de los hechos: este es el primer paso de toda investigación y
constituye un acto totalmente objetivo, libre de prejuicios, que proporciona
una base segura para arribar al conocimiento. Los enunciados a los que se llega
de este modo (enunciados observacionales) forman así la base de la que derivan
leyes y teorías. Cualquier observador puede comprobar su verdad recurriendo a
sus sentidos.
El objetivo de las ciencias es arribar a conclusiones
generales que permitan predicciones, enunciados universales que posibiliten
describir y explicar el mundo y crear leyes que puedan predecir que sucederá en
el mundo.
Las dos funciones que tienen las ciencias son la explicación y la predicción. Se puede tanto explicarlo que
sucederá si al abrir la mano que sostiene la pelota, como predecir que sucederá
antes de abrir la mano.
El problema es: ¿cómo pasar de enunciados singulares a enunciados
generales? Este paso se realiza a través de un razonamiento inductivo que opera
del siguiente modo:
Pero el razonamiento inductivo no es un razonamiento válido, o
sea, que la verdad de las premisas no garantiza la verdad de la conclusión. En
el ejemplo dado, la falsedad de la conclusión es obvia para cualquier persona.
No hace falta observar que no todos los árboles tienen hojas verdes, pueden
tener otros colores. Entonces: ¿cómo se puede justificar un enunciado universal
basándose en la limitada evidencia de un número finito de enunciados
observacionales? Un ser humano no es capaz de hacer todas las observaciones
posibles, sino que realizará un número limitado de estas. ¿cómo se puede
asegurar que lo sucedido hasta ahora seguirá sucediendo siempre?.
El inductivista insiste en que no debemos sacar conclusiones
precipitadas. Su respuesta es que, suponiendo que se dan ciertas condiciones,
es licito generalizar y obtener una ley a partir de una serie de enunciados
singulares verdaderos. Las condiciones
quedan enunciadas en lo que se conoce como “Principio
de Inducción”, a saber: “si en una amplia variedad de condiciones se
observa una gran cantidad de A, y si todos los A observados poseen sin
excepción la propiedad B, entonces todos los A tienen propiedad B.
Los requisitos son:
· Número
suficientemente grande de casos en los que se observa. Una determinada
propiedad.
·
Ningún
caso en que no se observa amplia.
·
Amplia
variedad de condiciones experimentales.
Es decir, que si deseo investigar, por ejemplo, la posible
relación entre abrir la mano y la caída de un objeto, debería tomar una muestra
de objetos suficientemente grande (es decir, hacer la prueba con muchos
objetos), observar siempre que al abrir la mano estos se caen sin excepción (es
decir, que no exista ningún caso en el que esto no suceda) y efectuar dicha
observación bajo diferentes condiciones (soltar los objetos en distintas
alturas, en distintos lugares geográficos, a distinta temperatura). Si cada vez
que abrí la mano el objeto cayó, puedo concluir que existe una relación entre
abrir la mano y que el objeto caiga. La ley a la que arribo de este modo no
solo me permite describir y explicar un fenómeno, sino que además, me permitirá
cumplir con una de las mayores pretensiones de la ciencia: predecir. Siguiendo con el ejemplo anterior, puedo efectuar la
siguiente predicción: la pelota que tengo en la mano caerá cuando
deje de sostenerla.
Críticas al
inductivismo.
1.- El principio de
inducción carece de justificación. No hay manera de demostrar que dicho
principio tiene algún tipo de validez. Existen tres vías de justificación para
cualquier enunciado: a priori, lógica o
empírica. Pero el principio de inducción no cumple ninguna de estas tres
vías.
2.- El inductivismo parte de dos supuestos: que el futuro es semejante al pasado y que
causas semejantes producen efectos semejantes.
Para Hume, estos
supuestos son insostenibles. Dice: en el pasado se ha observado siempre que al
relámpago le sigue el trueno (causas semejantes tienen efectos semejantes).
Contra este razonamiento, podría objetarse que es importante distinguir entre
semejanza relevante e irrelevante: el fenómeno luminoso no es ninguna semejanza
relevante. El supuesto tendría que reformularse: las causas que son semejantes
entre sí en forma relevante tienen efectos semejantes. ¿cómo puede definirse el
concepto de semejanza relevante. Dos
acontecimientos son semejantes entre sí en forma relevante sí y solo sí en el
sentido de que conducen a los mismos efectos.
3.- Los inductivistas sostienen que la observación cuidadosa
y sin prejuicios proporciona una base segura apoyándose en dos supuestos: por
un lado, que un observador humano tiene acceso directo al mundo exterior y, por
otro, que dos observadores que vean el mismo objeto o hecho desde el mismo
lugar verán lo mismo. La observación de dos hechos no es el primer paso en una
investigación científica. No todos los datos parecen tener sentido dentro de
una investigación y ello es así porque hay una teoría previa a la observación,
en función de la cual se seleccionan los hechos que se consideran relevantes
para la misma. La teoría permite seleccionar los hechos pertinentes y guía el
proceso de investigación.
Inductivismo
crítico.
En el inductivismo ingenuo vimos que no podemos garantizar
cien por ciento la verdad de los enunciados universales, sin embargo, ellos
pueden ser probablemente verdaderos.
El Principio de
Inducción se formula de la siguiente forma: “Si en una amplia variedad de
condiciones se ha observado un gran número de A y si todos los A observados
poseen sin excepción la propiedad B, entonces, probablemente todos los A posean
la propiedad la propiedad B.
Puede parecer intuitivamente plausible que, aplicando una
prueba estadística, aumente la probabilidad de verdad. Se podría llegar a creer
que cuantas más veces observe que al soltar un nuevo objeto que caiga, aumenta.
Lo que se intenta decir es que ya que no se puede asegurar que siempre que abra
la mano caerá, ya que nada garantiza que esto seguirá siendo así debido a que
la observación siempre es limitada, al menos se puede sostener que cuantos más
casos en los que esto sucede vea, la probabilidad de que vuelva a suceder
aumentará.
Esta intuición no resiste un examen. Aunque se hagan cientos
de experimentos observando este hecho, dichos experimentos siempre contarán con
un número finito de observaciones, no se pueden verificar todos los casos
posibles. Mientras que un enunciado universal, una ley científica, hace
afirmaciones acerca de un número infinito de posibles situaciones. La
probabilidad de que sea cierta la generalización universal es, por tanto, un
número finito por un número infinito, lo cual sigue siendo cero por más que se
aumente el número finito de enunciados observacionales.
Por otro lado, la estadística no tiene una fundamentación
fáctica. En otras palabras, no hay forma de que se la explique a través de la
observación. Por ser una rama de las matemáticas, parte de axiomas, esto es,
verdades evidentes o aceptadas por convención.
Falsacionismo
ingenuo.
Karl Popper es el autor de esta metodología y
sus características principales son las siguientes:
1-. La teoría precede a la investigación.
2-. Las hipótesis surgen como conjeturas
especulativas y provisionales que el intelecto humano crea libremente, o por
inducción, en un intento por solucionar los problemas.
3-. Una vez propuestas, han de ser
comprobadas por observación y experimentación.
4-. Las que no superan las pruebas deben
de ser eliminadas y reemplazadas por otras.
5-. Por lo tanto, la ciencia progresa por
ensayo y error.
6-. Sólo sobreviven las teorías más
aptas. Aunque nunca se puede decir de una teoría que es verdadera, se puede
decir que es la mejor disponible.
7-. Usa el razonamiento deductivo.
Según esta teoría, los científicos trabajan tratando de
demostrar aquello que afirman es falso. Lo que un científico intenta es
refutar, demostrar que la teoría por él defendida es falsa. Y lo hace a partir
de enunciados singulares que contradicen dicha teoría.
Popper sostiene esto porque frente a un enunciado
observacional verdadero, la hipótesis que se pretende justificar mediante él
puede ser verdadera o falsa; mientras
que, frente a un enunciado observacional falso, se asegura la falsedad de la
hipótesis. Es decir, si al soltar la mano, la pelota no cae, yo no puedo
demostrar que la hipótesis sea verdadera, simplemente puedo decir que, en este
caso, ocurrió lo que ella predecía. Es por ello que, los falsacionistas
sostienen que nunca se puede estar seguro de la verdad de la teoría científica,
pero sí de su falsedad. El científico debe de trabajar para refutar (o falsar)
su hipótesis. Si no logra demostrar que la hipótesis es falsa, la acepta
provisionalmente como hipótesis corroborada, pero dejando abierta la
posibilidad de una futura falsación.
Es decir, una hipótesis es científica cuando existe por lo menos un
enunciado observacional lógicamente posible que de ser verdadero entre en
contradicción con la hipótesis.
Popper propone que las hipótesis científicas sean audaces.
Una conjetura es audaz cuando entra en contradicción con las teorías aceptadas
en la época. La astronomía de Copernico, que colocaba al sol en el centro del
universo, era audaz en 1543 porque chocaba con el supuesto básico de que la
tierra estaba inmóvil en el centro del universo. Hoy en día no se la considera
audaz.
Así, las conjeturas se consideran audaces o no por referencia
al conocimiento básico relevante para un determinado contexto socio-histórico.
La corroboración de una hipótesis audaz, sin duda, determina
un avance científico mucho mayor que en el caso de la corroboración de
hipótesis prudentes, mientras que su falsación no implica retroceso. Si se
corrobora una hipótesis audaz, esto puede significar un cambio un cambio
radical en la ciencia, mientras que si se refuta dicha hipótesis, la ciencia no
sufre ningún tipo de cambio o daño.
El trabajo de un
falsacionista.
Cuando realizamos un descubrimiento, es decir, el origen de
la hipótesis, puede surgir de varias maneras, por inducción, elucubración
teórica o ser el producto de una fantasía, un sueño, pálpito, corazonada, etc.
Por ejemplo: en el siglo XIX,
el químico
Kekulé aseguró que había descubierto la estructura de la molécula
del benceno gracias a que había soñado con una serpiente que se mordía su cola.
Este hecho provocó que muchos pensaran que en la invención no tienen un papel
tan importante el estudio y la actividad metódica. No obstante, parece que, en
realidad, sí que poseen una función esencial y que la creatividad es el
resultado tanto de las peculiaridades subjetivas del individuo como de su
formación académica. Lo importante es el contexto de justificación,
es decir, cómo se legitima, cómo se trata de introducir esa hipótesis como
parte de la ciencia aceptada, dado que las hipótesis que pretenden ser leyes
son enunciados universales. Por lo tanto, es imposible contrastarlos directamente
con la realidad. Es preciso obtener hipótesis para ir bajando el nivel de
abstracción hasta llegar a enunciados observacionales; (aquellos que afirman
que se pueden observar directamente en el mundo), que son los contrastables.
Este enunciado observacional se contrasta con la base empírica mediante una
observación o experimento pertinente. Es decir, una vez que se tiene un
enunciado que habla sobre cosas concretas del mundo, se debe realizar un
experimento que permita verificar la verdad o falsedad de dicho enunciado. Una
vez hecho el experimento, pueden obtenerse dos resultados posibles:
1.-Que el enunciado observacional sea
falso. En este caso,
la hipótesis de partida, queda refutada dadas las características de
razonamiento deductivo: la hipótesis es descartada y deberá formularse otra
conjetura para resolver el problema repitiendo el proceso de contrastación.
2.-
Que el enunciado observacional sea
verdadero. En este
caso, la hipótesis de partida puede ser verdadera o falsa, pero, por el
momento, ha sobrevenido a la contrastación. Si resulta también verdadero, ser
repetirá el proceso unas cuantas veces hasta que se produzca lo que Popper denomina “renuncia epistemológica”: el científico abandona su pretensión de
falsar la hipótesis y dado que ha resistido una serie de contrastaciones la
acepta “provisoriamente” como corroborada.
Ejemplo:
Problema: Asma de un
adolescente.
Hipótesis fundamental: el
asma es producido por alergias.
Hipótesis derivadas: - Los
pelos de los animales domésticos están relacionados con las alergias.
- La inhalación de los pelos
de animales domésticos, produce problemas en la respiración.
- Si elimino los animales
domésticos, no se inhalarán los pelos y no se producirá la alergia.
Enunciado observacional:
Juan y Pedro (miembros de la familia: problema) serán separados de los animales
domésticos.
Si el enunciado
observacional resulta falso (es decir, si a pesar de la desaparición de los
animales domésticos continúa con la sintomatología) la hipótesis de partida
será falsa.
Limites
y crítica al falsacionismo ingenuo.
1.- Los falsacionistas
aceptan que la teoría precede y guía la observación, implícitamente, están
reconociendo que los enunciados observacionales, son falibles porque dependen
de la teoría, que no existen resultados observacionales completamente seguros.
Es decir, que los enunciados que se utilizan en los experimentos, dependen de
la teoría y están guiados por ella. Uno va al mundo y observa teniendo en
cuenta la teoría.
Al realizar la
contrastación, al hacer el experimento, puede que sea que el enunciado
observacional el que está equivocado, puede que la descripción que hace sobre
el mundo sea errónea y no esté mal la hipótesis de partida. La ciencia está
llena de ejemplos de rechazo de enunciados observacionales y conservación de
las teorías con los que chocan.
Eso fue precisamente lo que
sucedió cuando se conservó la teoría de Copernico y se rechazo la observación
realizada a simple vista de que Venus no varía apreciablemente de tamaño a lo
largo del año, lo cual es incompatible con la teoría copernicana.
Entonces: ¿cómo se
justifican los enunciados observacionales? Solo se justifican por medio de
otros enunciados. Entonces: ¿cómo establecemos la conexión entre experiencias
perceptuales y los enunciados observacionales que deben de ser objetivos?
Parece imposible encontrar una conexión entre aquello que una persona
determinada observa y un enunciado que finalmente será justificado por otro
enunciado. Popper es consciente de
esta limitación y la denomina “el
problema de la base empírica”.
2.- Para los falsacionistas
una teoría no está formada sólo por un enunciado universal, sino de un conjunto
de enunciados universales y para contrastarla habrá que aumentar la teoría a
través de leyes y teorías que rigen el uso de los instrumentos utilizados y un
marco experimental.
Falsacionismo
sofisticado.
Para los observadores,
aceptar o no un enunciado acerca de lo que sucede en el mundo, dependerá, en
parte, de lo que se observe, que a su vez estará guiado por una teoría.
1.- Popper dice: “la base
empírica de la ciencia objetiva no tiene nada de absoluto”. La ciencia no
descansa en algo sólido. Su estructura se levanta sobre un pantano. Es como un
edificio construido sobre pilotes, cuando más profundos sean construidos más suelo
firme tendrá. Nos detenemos cuando comprobamos la firmeza de los pilotes, que
es fuerte para soportar la estructura.
Los enunciados
observacionales son falibles, pueden estar equivocados y su aceptación es sólo
provisional y está sujeta a revisión, es decir, que se los acepte hoy, no
quiere decir que no se los rechace mañana. Las teorías tampoco se pueden
falsear de un modo concluyente.
El falsacionista sofisticado
introduce hipótesis ad hoc, que sirven para evitar que una teoría sea refutada.
Impiden que una teoría sea falseada, introducen elementos que no pueden
corroborarse ni falsearse.
Ejemplo: Galileo afirmó a
sus adversarios aristotélicos que la luna no era una esfera lisa sino que su
superficie estaba llena de montañas y cráteres. Esto no podía ser reconocido
por los escolásticos porque entraban en contradicción con uno de sus principios
según el cual la figura perfecta eran las esferas y los astros, producto de la
creación divina. Para evitar la refutación, sugirieron que había una sustancia
invisible en la luna que llenaba los cráteres y cubría las montañas de tal
manera que la forma de la luna era esférica.
Cuando Galileo preguntó como se podía
detectar la sustancia invisible, la réplica fue que no había manera; por lo
tanto, la teoría modificada no produjo nuevas consecuencias comprobables.
Galileo, admitió la existencia de la sustancia invisible, pero insistió en que
ella no estaba dispuesta en la manera en que sugerían sus rivales, sino que
respetaba los relieves del satélite terrestre.
Irme
Lákatos y el falsacionismo sofisticado.
Este autor sostiene que hay
que considerar las teorías como totalidades estructuradas de algún tipo.
Su afirmación se basa en
tres argumentos:
1.- La historia de la
ciencia revela que la evolución de las principales ciencias muestran una
estructura que no captan ni la concepción inductivista ni la falsacionista.
2.- Los conceptos adquieren
su significado en función de la estructura de la teoría en que aparecen
(ejemplo: el concepto newtoniano de masa tiene un significado sólo en su teoría;
Newton no puede definirla en términos de conceptos prenewtonianos).
3.- La ciencia avanza de un
modo más eficaz si las teorías están estructuradas; deben ser estructuradas sin
límites que ofrezcan un programa de investigación.
Un programa de investigación
es una estructura que sirve de guía para la futura investigación tanto en modo
positivo como negativo. Según Lákatos, toda teoría científica está formada por
un núcleo central (hipótesis más importantes de una teoría, la que hacen que la
teoría sea lo que es y que si se refutan, la teoría como tal desaparece) y un
cinturón protector (son hipótesis auxiliares y colaterales que pueden ser
refutadas sin que la teoría se vea realmente afectada). La heurística negativa
implica que no se pueden rechazar ni modificar los supuestos básicos del
programa que constituyen así su núcleo central, que está protegido frente a la
refutación por un cinturón protector constituido por hipótesis auxiliares,
colaterales, etc.
La metodología de Lakatos incluye las
hipótesis ad hoc en el sentido de hipótesis que no son comprobables de forma
independiente.
Sostiene además que los
méritos de un programa se tienen que juzgar por la medida en que dichos
programas progresan o degeneran.
La dificultad que presenta
este criterio de aceptación o rechazo es que el mismo va unido al factor
tiempo, es decir, que no se puede estimular cuánto se debe de esperar para
decidir a favor o en contra del programa.
Racionalistas
y relativistas.
Los racionalistas sostienen
que existe un único criterio universal e intemporal para la valoración de las
teorías y a la forma de demarcación entre ciencia y no ciencia.
Los relativistas niegan que
exista un criterio universal e intemporal. La valoración de una disciplina o
teoría científica varía de un individuo a otro y de una sociedad a otra. La variación
estará en relación con lo que cada sujeto y cada comunidad considere
importante.
Khun:
paradigma–teorías, como estructuras–revoluciones científicas.
Este físico dedicado a
estudiar la historia de la ciencia y en su tarea como historiador, comprendió
que la ciencia no avanza en forma lineal o progresiva, sino que su avance se
realiza en términos de revolución. Los factores sociológicos desempeñan un rol
fundamental en este proceso que puede resumirse de la siguiente manera: la
actividad científica reconoce tres etapas:
1.- Pre-histórica o pre-paradigmática:
esta etapa se caracteriza porque no existen opiniones o creencias compartidas
unánimemente por los científicos. Esto da lugar a una serie de escuelas que
compiten entre sí. Po ejemplo: dentro de la psicología existen diferentes
escuelas: freudiana, lacaniana, conductista, etc.
2.- Ciencia normal: se describe como la
actividad de resolver problemas,
gobernada por las reglas de un paradigma. El éxito de un paradigma es al
principio como una promesa de éxito. La ciencia normal consiste en la realización
de esta promesa.
3.- Crisis y revolución
científica: en los paradigmas existen problemas sin resolver y cada paradigma
cuenta con los métodos e instrumentos para resolver dichos problemas. Pero existen
otros que no tienen una solución dentro del paradigma. Estos paradigmas son
como un rompecabezas, las piezas existen y hay que armarlo, pero hay ciertas
piezas que no están. Y provocan una crisis cuando estas piezas faltan o los
paradigmas son demasiados numerosos. El análisis de un período de crisis
corresponde analizarlo tanto al historiador como al psicólogo.
El
relativismo de Feyerabent.
Para este autor, ninguna de todas
las ideologías propuestas hasta ahora han tenido éxito. Así lo demuestran los
principales acontecimientos de la historia de la ciencia. Muchos científicos no
han seguido en sus investigaciones las reglas propuestas y, sin embargo, han
alcanzado logros importantes. Todas las metodologías tienen sus limitaciones y
la única regla que queda en pie es la de todo vale.
Para Feyerabent, la
ciencia no es superior a otro campo.