La voz de los sin voz.
Introducción
Durante el transcurrir de este año 2018, en la materia EDI, del
4to. Año del Profesorado de filosofía, desarrollamos el módulo sobre,
CLASE-RAZA-GÈNERO. En las temáticas trabajadas sobre la problemática indígena de
nuestro país, vimos una película documental denominada: “Octubre Pilagá”
(Relatos sobre el silencio). Una conmovedora y angustiosa historia ocurrida en
el año 1947, en la Provincia de Formosa, donde el pueblo Pilagá, fuere
perseguido, masacrado, fusilado por la Gendarmería Nacional y cautivo en una
reducción de tierras fiscales, siendo luego sus sobrevivientes sometidos y
explotados para el trabajo del algodón y la caña de azúcar. Un genocidio más
silenciado contra los pueblos originarios de Argentina. Teniendo como punto de
partida este acontecimiento histórico, el siguiente trabajo consistirá en un
análisis sobre la problemática indígena de nuestro país, atravesada por
diferentes políticas públicas aplicadas por el Estado Argentino, cuya visión
etnocéntrica dicotómica civilización o barbarie-salvajismo, tuvo un único
objetivo, la apropiación de territorios indígenas abundantes en recursos
naturales y la utilización de mano de obra barata para el desarrollo de empresas
agropecuarias.
Una historia sin fin.
Hace aproximadamente unos 30 mil años,
grupos humanos emprendieron el desafío de atravesar el mar congelado del
Estrecho de Bering, llegando al continente americano. Estos grupos nómades se
fueron esparciendo por todo el continente, desde Alaska hasta Ushuaia, fundaron
pueblos con un cierto grado de desarrollo que le permitieron prosperar en
diferentes condiciones geográficas. Durante el transcurso del siglo XV, Europa
había alcanzado un nivel de desarrollo científico y tecnológico, que les
permitió salir en busca de nuevas aventuras por el mundo. Por error Cristóbal
Colón llegó a América y desde 1492, hasta hoy, este “descubrimiento” de los
europeos, llevó a los pueblos originarios de América al borde su extinción.
Persecuciones, torturas, muertes, explotación laboral, enfermedades, robo,
violaciones fueron algunas de las atrocidades que el europeo cometió en el
continente. Las colonias españolas en América permitieron el triunfo de la
burguesía europea, cuya máxima expresión fueron: la revoluciones industrial y
Francesa; dando inicio al nuevo orden mundial denominado capitalismo. Este
sistema económico, político y social se expandió por el mundo en busca de
recursos naturales y mano de obra barata para desarrollar sus industrias y
América quedó a merced de estos intereses. A comienzos del siglo XIX, esas ideas
burguesas libertarias llegaron a América y dio inicio a la independencia de las
colonias españolas, dando nacimiento a nuevos Estados Nacionales y entre ellos
nuestro país. Argentina no fue ajena a lo que pasaba en el mundo, quería
parecerse a la Europa Blanca civilizada y para ello debía apropiarse de
territorios que todavía seguían en manos de los pueblos indígenas. Durante los
últimos ciento cincuenta años, el Estado argentino ha entablado diversos tipos
de vínculos con comunidades originarias a lo largo y a lo ancho del territorio,
que modularon entre tratados y alianzas por la vía diplomática, y políticas de
usurpación y desplazamientos territoriales mediante el ejercicio de la fuerza.
Estos procesos han sido abordados por el campo historiográfico de forma disímil
trayendo como correlato la elaboración de discursos instalados hegemónicamente,
que supieron entender a estas sociedades muchas veces de forma acrítica y
descontextualizada. En este marco, el abordaje de la cuestión indígena se
presenta como un gran desafío desde el campo de la historia, pues requiere de
una ardua revisión y un replanteo de miradas que permitan dar cuenta de la
compleja y heterogénea dinámica entablada entre el Estado argentino – en sus
diversas etapas– y las organizaciones político-étnicas de las comunidades
indígenas. La campaña del desierto durante el gobierno de Bernardino Rivadavia
en el año 1926, (cuyo brazo ejecutor fuera el Coronel Prusiano Rauch), inicia
una política de Estado tendiente a ocupar territorios habitados por las
poblaciones originarias y destinarlas a la ganadería y posteriormente a la
agricultura. Todos los gobiernos que continuaron gobernando el país tuvieron el
mismo objetivo. No hubo diferencias ideológicas en avanzar contra el desierto
salvaje. Unitarios y federales, conservadores, radicales y peronistas, todos
implementaron en diferentes épocas, políticas de Estado que posibilitaran
apropiarse de los territorios indígenas con el objetivo de convertir a la
Argentina en un país “agroexportador”, al servicio del capitalismo mundial. Sus
protagonistas principales: Rivadavia, Rosas, Roca, Yrigoyen, Perón y los
gobiernos sucesivos, tuvieron todos, la misma finalidad. En la actualidad,
pareciera no haber cambiado nada. La desaparición y posterior muerte de Santiago
Maldonado o el asesinato de Rafael Nahuel, ponen de manifiesto la vigencia de
esta problemática que todavía no ha sido resuelta, las tierras siguen siendo
ocupadas por blancos europeos (Benetton o Lewis), su brazo armado ejecutor la
Gendarmería Nacional , y los pueblos originarios reclamando sus tierras que le
fueren arrebatadas.
Los Pilagá.
El pueblo Pilagá (pit´laxá) habita desde siempre
el centro de la provincia de Formosa y Chaco, es un pueblo indígena de la
familia guaycurú que. Conviven el mismo espacio territorial con otras
comunidades indígenas como los abipones, los mocovíes y los tobas (todos ellos
grupos indígenas que vivían desde el siglo XVI, frente a lo que hoy es Asunción
del Paraguay), fueron llamados “guaycurúes” por los guaraníes y “frentones” por
los españoles (por la costumbre de raparse la parte delantera de la cabeza). Son
entre 5000 y 9800 habitantes, que actualmente viven en 19 comunidades en el
centro de la provincia de Formosa. Estas comunidades son: Ayo La Bomba, Barrio
Qompí Juan Sosa (en Pozo del Tigre),Bartolomé de las Casas (compartida con los
tobas),Cacique Coquero, Campo del Cielo, Colonia El Calaudillal, El Descanso, El
Simbolar, Estanislao del Campo, Juan Bautista Alberdi, Kilómetro 14,La Línea, La
Yolita o Ceferino Namuncurá, Laqtasatanyi, Pozo de los Chanchos, Pozo Molina,
Pozo Navagan, San Martín, Sánchez Ibarreta. En sus épocas felices fueron
cazadores y recolectores de frutos del algarrobo, del chañar, del mistol, de la
tuna y del molle, de los higos de tuna, pequeños ananás silvestres, porotos de
monte, raíces y cogollos de palmera, y han practicado el cultivo del suelo. Pero
actualmente son explotados en la zafra del algodón y otros cultivos, o los
utilizan como hacheros o realizan artesanías típicas como tejidos, tallas de
madera (en carandillo y chaguar) y cestería las cuales venden para ayudar a su
humilde subsistencia. Algunos privilegiados practican la agricultura y la
ganadería (crían cabras y ovejas), además de aprovechar los frutos del monte
como base de su alimentación. Todos ellos solo tienen acceso al agua “potable”
por medio de la recolección de agua de lluvia o de lagos o ríos cercanos, que se
encuentran contaminados. Este pueblo originario luchó muchísimo por lograr que
le reconozcan sus derechos, no solo como pueblo sino también como personas.
Octubre Pilagá.
En el año 2006, se ordenó el allanamiento de las instalaciones
del Escuadrón de Gendarmería de Las Lomitas de esa provincia frente a la
denuncia que afirmaba que allí se hallaban las fosas comunes con los restos de
personas pertenecientes a miembros de esta comunidad, asesinados por la
Gendarmería Nacional, en 1947. La Justicia comenzó la búsqueda y encontró restos
de un cuerpo que podrían pertenecer a un integrante del pueblo originario.
Mediante la recolección de datos y testimonios de sobrevivientes de la masacre,
se realizó el rastreo por todo el área para dar con estos restos, logrando
comprobar científicamente la veracidad de lo ocurrido: el fusilamiento de
cientos de indígenas. Este hecho se ha mantenido oculto no solo desde el relato
construido durante abril y octubre de 1947, que justificaba la presencia
policial en la zona y armaba un imaginario de “indio peligroso” en el pueblo,
sino también a partir del silencio y la negación por más de 60 años. Gracias a
los testimonios de sobrevivientes, que aún residen en Las Lomitas, y del trabajo
de un grupo interdisciplinario de arqueólogos, antropólogos y científicos en
general, se fue reconstruyendo los acontecimientos, permitiendo hacer un trabajo
de comparación y análisis con respecto a las razones que el Gobierno y la
Gendarmería habían fundamentado para dar con la ofensiva. Además, Valeria
Mapelman culminó en un libro y una película documental: “Octubre Pilagá-Relatos
sobre el silencio”, donde se cuenta la masacre en “Rincón Bomba” en 1947 durante
el gobierno del General Perón. Mapelman narra que, para mediados de 1947,
segundo año del primer gobierno de Juan Domingo Perón, hacía ya más de medio
siglo que en el Norte de Argentina, se había impuesto el régimen de colonias
aborígenes (antes llamadas reducciones). Estas colonias eran fundamentales para
el sistema de control de la población originaria sobreviviente del genocidio
iniciado cuatrocientos años antes por los conquistadores españoles. Eran una
versión renovada de las antiguas reducciones religiosas y estatales, y
concentraban a miles de personas de distintos pueblos que el Estado argentino
sometía al trabajo esclavo para satisfacer las necesidades de ingenios,
algodonales y obrajes. El Ministerio del Interior era el organismo de gobierno
que velaba por el buen funcionamiento del régimen de colonias. La policía y la
Gendarmería Nacional, tenían a cargo el disciplinamiento y la represión. En
1947, los Pilagá que habían sobrevivido a sucesivas campañas de exterminio
estaban siendo desplazados a tierras áridas o inundables. Aislados, y con su
territorio reducido, no tenían otra salida que buscar trabajo en las industrias.
La historia oficial siempre nos impuso la idea de desierto y en este caso en
particular la de “desierto verde”, es una de las grandes mentiras construidas al
servicio de la apropiación territorial y el control de la fuerza de trabajo,
sirvió como fundamento al modelo colonizador en el que se fundó el estado
argentino, un recurso eficaz para conquistar la pampa húmeda, la Patagonia y
ahora el gran Chaco. El desierto verde era un inmenso espacio de bosques, ríos y
tierra fértil destinada a la producción ganadera y agropecuaria; además de una
población que se convertiría en mano de obra barata para las industrias. El Gran
Chaco es un territorio que siempre estuvo en poder de las comunidades indígenas,
cuya organización social, económica y política, fue totalmente diferente a la
Argentina capitalista del siglo XIX, que veía a estos pueblos como salvajes al
que había que “civilizar”, creando reducciones donde las familias eran
encerradas para ser moldeadas como proletarios al servicio de la producción
capitalista.
10 de Octubre de 1947.
En octubre del 1947, en La Bomba , un paraje
cercano a Las Lomitas, unos dos mil Pilagá se habían reunido para recibir de
boca del carismático Tonkiet (Luciano) la noticia sobre un Nuevo Dios, escrita
en un libro hasta entonces desconocido para ellos: La Biblia. Las danzas y los
tambores se mezclaron con los himnos bíblicos y resonaron durante muchas noches,
y en el regimiento 18 de Gendarmería, distante a sólo un kilómetro del paraje
comenzó a gestarse la represión planificada y ordenada por el Estado. La
indisciplina tenía que cesar, la gente debía ser encerrada en un espacio
controlado para ser enviada a trabajar. Aquella expresión de libertad cultural y
religiosa podía ser contagiosa y el escarmiento no tardó en llegar. El día 10 de
octubre, al caer la tarde, la Gendarmería Nacional apuntó sus armas contra la
multitudinaria reunión, fusilando a cientos de personas. De acuerdo a los
testimonios de los sobrevivientes, la matanza se extendió varios días. Después
de los fusilamientos del día 10, se iniciaron las persecuciones de testigos a
través de los montes, las mujeres sufrieron violaciones y hubo más fusilamientos
en las comunidades cercanas. Muchos niños murieron por las heridas de bala.
Muchos ancianos murieron vencidos por el cansancio y la sed, acorralados por las
tropas que patrullaban el acceso a los arroyos. Los cadáveres no pudieron ser
sepultados y continúan desaparecidos. Los sobrevivientes recuerdan las capturas
y el encierro final. Los diarios de la época también informaron estos hechos
aunque en forma muy distinta a lo que paso realmente. En esas noticias se les
echa la culpa a los aborígenes de su propio genocidio: "Extraoficialmente,
informamos a nuestros lectores que en la zona de Las Lomitas se habría producido
un levantamiento de indios. Los revoltosos pertenecen a los llamados pilagás
quienes, según las confusas noticias que tenemos, vienen bien previstos de
armas... ya se habrían producido algunos encuentros, no se sabe si con los
pobladores de la zona o tropas de la Gendarmería Nacional". (Diario "Norte",
Formosa, pág.1, Col. 5).” "El viernes último, en horas de la tarde, en la
localidad de Las Lomitas, Territorio de Formosa, se ha producido un
levantamiento de indios pilagás, como consecuencia de un asalto que habrían
realizado estos últimos contra vecinos de ese pueblo, lo que habría obligado a
intervenir a las fuerzas de la Gendarmería Nacional allí destacadas". (Diario
"El Intransigente", Salta, 12 de octubre de 1947, pág. 6, col.1-3).” "Días atrás
se produjo en Las Lomitas, localidad del vecino territorio de Formosa, un
levantamiento de 1.500 indios de las tribus pilagás existentes en esa zona.
Fuerzas de Gendarmería Nacional debieron actual con energía para impedir que esa
actitud acusara desgraciadas consecuencias, y el gobernador formoseño se vio
precisado a concurrir al lugar de los sucesos para calmar a los indígenas
sublevados". (Diario "El Territorio" de Resistencia, Chaco, en la pág. 3). "En
las Lomitas se Produjo un Levantamiento de las Tribus de Indios Pilagás..”
Informaciones procedentes de estación Las Lomitas hacen saber que en aquella
zona se produjo un levantamiento de las tribus de indios pilagás. Las mismas
noticias aseguran que tropas de la Gendarmería Nacional intervinieron
inmediatamente para restablecer el orden. Se tiene conocimiento que están listos
para partir hasta Las Lomitas, en caso necesario, efectivos del ejército
destacados en la guarnición local". (Diario "La Prensa", domingo 12 de octubre
de 1947 (Día de la Raza), página 13. Aquí vemos la complicidad de los medios de
comunicación de aquella época haciendo alusión a la matanza en forma de que
fueron los Pilagás los culpables de dicha masacre y no el gobierno. De esta
manera hacen ver a los aborígenes como seres malvados e innecesarios para la
sociedad, de tal forma que la gente apoye este genocidio, cosa que ha venido
sucediendo desde épocas inmemorables y que, lamentablemente, aún hoy sigue
pasando. Uno de los ejes fundamentales del libro es el cuestionamiento de los
relatos oficiales, periodísticos y académicos que criminalizan a los originarios
y justifican la represión. Al igual que en masacres anteriores como la de Fortín
Yuncá (1919) y Napalpí (1924), la prensa cumple un rol funcional al poder
político creando un “territorio salvaje y peligroso” para avanzar hacia la
destrucción de los pueblos originarios, tergiversando los hechos para
criminalizarlos, y luego silenciando para restablecer la calma y que el manto de
silencio sepulte la masacre en el olvido. La noticia del “malón indio” una vez
ocurrida la represión debía justificar las balas disparadas y la destrucción de
pruebas. La academia acompañó las investigaciones realizadas en los años ‘70 en
el Gran Chaco buscaron desde un discurso científico convertir a las víctimas en
victimarios y se convirtió al monte en un escenario de guerra entre dos bandos,
abonando una teoría de los dos demonios, al igual que la dictadura militar del
76, justificó los 30.000 desaparecidos. En su libro Argentina originaria, Darío
Aranda, nos dice que los pueblos originarios tienen la historia en común con los
blancos, con promesas incumplidas, intentos de sometimiento, muerte, despojos,
resistencias. Desconfían del periodismo. Tienen experiencias de engaño, siempre
a favor del político, el estanciero o empresario. Identifican a los medios de
comunicación como aliado del poder de turno, socio del modelo extractivo que los
acorrala, les quita alimentos, los condena. Los pueblos originarios no están en
la agenda de los medios, se los niega o se los muestra como el pasado salvaje y
cuando aparecen en los medios siempre son destinatarios de caridad, limosna,
pero que nunca cuestionan la causa de su postergación histórica o se los muestra
como un hecho folklórico, haciendo eje en su vestimentas, costumbres o comidas.
Nunca los considera como sujetos de derechos y actores políticos y sociales con
demandas legítimas y derechos incumplidos. Valeria Mapelman, en su libro
Campañas militares, reducciones y masacres. Las practicas estatales sobre los
pueblos originarios del Chaco, Historia de la crueldad argentina, nos dice: “la
discriminación que sufren nuestros pueblos originarios es problema de todos, ya
que ellos son los verdaderos “dueños” de esta tierra, ellos que con su lucha y
su sacrificio, comenzaron a forjar los suelos de este país antes de la llegada
de los españoles inclusive y que ahora, por el afán de conseguir las riquezas de
las tierras que habitan, están siendo exterminados, no solo en el sentido
literal de la palabra, sino que también se los elimina de la educación, de la
cultura, de la salud y del pueblo argentino en general, como si ellos no
formaran parte de esa “argentinidad” que poseemos o decimos poseer. Ellos nos
necesitan, necesitan ser tratados como iguales, ya que lo son. Ellos, y
nosotros, exigimos que se le respeten sus derechos de una vez y para siempre,
así por fin pueden dar por terminada esta batalla que comenzó hace siglos atrás
con la venida de esos barcos de bandera española que dijeron venir en son de
paz. Porque así, como paso en un principio, que se cambiaban sus riquezas por
espejitos de colores, ahora les están “cambiando “sus tierras por promesas que
jamás cumplieron ni cumplirán Dejemos de explotar a nuestros hermanos y unámonos
en su lucha para que puedan descansar finalmente en paz. Ya mucho han sufrido y
es hora de que alguien les otorgue realmente lo que se merecen”. El libro
Genocidio en América, cuyo autor Luciano Peñera, nos cuenta la defensa realizada
por Bartolomé de las Casas, Fraile Dominico y Obispo de Chiapas acusando a los
españoles del exterminio de 40 millones de indios, a partir de 1492. Dice:
“...las bacterias y virus que traían los europeos, fueron los aliados más
eficaces de los conquistadores. Los indios morían como moscas; sus organismos no
oponían defensas ante las enfermedades nuevas, y los que sobrevivían quedaban
debilitados e inútiles…”. “...De 70 millones de indios que eran, solo quedan 3
millones, un siglo y medio después...”. “...Entre 1503 y 1660 llegaron al puerto
de Sevilla 185.000 kilos de oro y 16.000.000 de kilos de plata...”. “...La
economía colonial estaba dirigida por los mercaderes, los dueños de las minas y
los grandes propietarios de las tierras, quienes se repartían el usufructo de la
mano de obra indígena bajo la mirada celosa y omnipresente de la Corona...”.
“...Las minas exigían grandes desplazamientos y desarticulaban las unidades
agrícolas comunitarias. No solo extinguían innumerables vidas a través del
trabajo forzado sino que indirectamente abatían el sistema colectivo de
cultivos...”. “...Desterrados en su propia tierra los indios de América fueron
empujados hacia las zonas más pobres, las montañas áridas o en el fondo de los
desiertos....”. “...Las matanzas de los indios que comenzaron con Colón nunca
cesaron. En Uruguay y en la Argentina los indios fueron exterminados en el siglo
pasado...”. “...El contacto con el hombre blanco sigue siendo para el indígena
el contacto con la muerte. Sobre los Estados Unidos se carga hoy la
responsabilidad del genocidio sobre la Amazonia...”. “...El genocidio de América
ha sido el resultado o consecuencia final de las guerras de conquista de la
cruzada de exterminio y de la política colonial de explotación en beneficio del
capitalismo europeo en expansión. Al colonialismo europeo se lo hace principal
responsable de aquel inmenso saqueo colonial que hizo posible el desarrollo del
capitalismo europeo...”. “...La corona española aparece como su fiel
colaboradora o instrumento en su continua política de la hipocresía legal y de
intereses mercantilistas...”. “...En realidad la explotación de América
benefició en mucha mayor medida a otros países europeos, especialmente a Gran
Bretaña...”.
Algunos comentarios interesantes al respecto.
“Hicimos una búsqueda
intensiva en el monte formoseño. En base a muchos testimonios confirmamos la
ubicación de una fosa. Con autorización del juez, confirmamos los hallazgos. Los
cuerpos estaban degradados por el tiempo y las condiciones climáticas. No es un
cementerio porque los pilagás no hacían fosas colectivas y a sus muertos los
enterraban en dos fosas”. En este caso, hay cráneos que sufrieron un estallido
efectuado con proyectiles de alta velocidad. Fueron traídos muertos y se
sospecha de miembros de la Gendarmería. Según testigos, los cuerpos fueron
tirados en el lugar desde dos camiones. También hemos encontrado bulones que
corresponden a los camiones de carga de aquella época” (Enrique Prueguer, Equipo
Científico Forense, MARZO 2006) “En mis años nunca había llegado a informarme
que había pasado en Rincón Bomba, esto ha estado muy oculto, no figura en la
agenda de la historia que nos cuentan. Es necesario que se conozca en todos
lados, en cada escuela, en cada pueblo del país” (Nora Cortiñas, Madre de Plaza
de Mayo Línea Fundadora). “Pilagás. Un modelo de lo que dejó la llamada
colonización para los pueblos originarios. Cuando quisieron defender lo suyo de
los invasores, la solución occidental y cristiana: balazos, muerte, persecución.
El bosque, la selva como último recurso, como último refugio. Pero el presente y
el futuro les anuncia: hasta allí los van a perseguir, hasta de allí los van a
expulsar con la palabra progreso. Irán a engrosar, como otros originarios, las
villas miseria de las grandes ciudades del progreso. Todavía quedan entre ellos
algunos ancianos que recuerdan la matanza sufrida en 1947 a manos de la
Gendarmería Nacional. Rincón Bomba. En Formosa. A tiro limpio, los salvajes, los
bárbaros, expresión de Julio Argentino Roca que quedó para siempre. Es que había
que dejar libres las tierras para los inversores. Ahí está el futuro: las
inversiones, no el cuidado de la naturaleza. Después de los tiros asesinos de la
Gendarmería Nacional en 1947, llegó el progreso a manos llenas. Llenas para
quienes obtuvieron las ganancias” (Osvaldo Bayer, historiador, 2010) “Yo escuché
ametralladoras. Al monte nosotros en plena noche. No sabemos qué pasó con todos,
con las tolderías...Antes ya habían muerto envenenados. Yo visto eso. Nos fuimos
a Campo del Cielo (un poblado a 35 km de Lomitas). Muchos visto tirados, no sé
si los enterraron. Nosotros queremos saber. Nos trataron muy mal. Gendarmería
nos corrió de madrugada. Dormimos en el monte. En Campo del Cielo, Nicolás
Curestes nos ayudó. Estaba en defensa de nosotros” (Alberto Navarrete,
sobreviviente, 2008). “La Masacre de Rincón Bomba es un hecho que sucedió no
hace mucho tempo. Sesenta y nueve años no son 500 años. Fue una masacre cometida
por soldados argentinos contra indígenas que habitaban territorio argentino. Con
las armas del Estado Nacional, masacraron a niños, hombres, mujeres y ancianos
del Pueblo Pilagá. Y aún no tienen Justicia” (Francisco Nazar, Equipo Nacional
de Pastoral Aborigen).
Conclusión.
Parece que nada ha cambiado en la historia de
nuestro país, pese la Reforma Constitucional de 1994, que en su artículo 75,
inciso 17, donde se reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos
indígenas y la posesión y propiedad de las tierras comunitarias o nuevas
legislaciones como la Ley 26.160, que hace referencia a las comunidades
indígenas y la creación del INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas) y la
incorporación, de todos los Tratados de Derechos Humanos internacionales con
jerarquía constitucional, que condena el racismo, la esclavitud, la tortura y
pregona el respeto a la diversidad cultural. Hace nada más que un año, la muerte
de Santiago Maldonado puso en evidencia esta problemática milenaria que todavía
no está resuelta. Hoy, las comunidades originarias siguen reclamando sus
derechos comunitarios. Algún día el Estado Argentino deberá realizar una
reparación histórica por el padecimiento sufrido, lo peor del ser humano afloró,
la agresividad en su máxima expresión se puso de manifiesto desde hace cinco
siglos. La codicia del blanco por apropiarse de los territorios de América, el
desarrollo del capitalismo culminó en el genocidio más grande de la historia de
la humanidad de 50 millones de indios del que no tuvieron la posibilidad de
defenderse frente a semejante atrocidad, no tuvieron un juicio justo como el de
Nüremberg al pueblo judío; o el Nunca Más y juicio a las Juntas Militares por
los 30 mil desaparecidos en Argentina. Por todas estas razones, además de haber
participado del “Foro Internacional Indígena sobre Biodiversidad”, realizado en
Buenos Aires, en 1997, y haber comprendido a los pueblos originarios en su
pensamiento y sentimiento de respeto hacia toda forma de vida en el planeta, su
defensa por la ecología y recursos naturales, su solidaridad por sus semejantes,
su amor a sus dioses, etc., es que siento mi deber de reivindicar su cultura.
Mapuches, Tehuelches y Pehuelches en la Patagonia; Coyas, Tobas, Aymarás,
quechuas, en el norte; Tobas, Matacos, Pilagás, Guaraníes en el noreste;
Araucanos y Pampas, en el centro del país, siguen solicitando a nuestras
autoridades provinciales y nacionales la devolución de sus tierras de la cual
fueron desterrados y condenados a la pobreza.
Bibliografía utilizada.
• Valeria Mapelman. Octubre Pilagá. Memorias y archivos de la masacre de La Bomba. Ed.
Tren en movimiento. 2015. • Luciano Peñera. Genocidio en América. Ed. Planeta.
1980.
• Dario Aranda. Argentina Originaria. Genocidios, saqueos y resistencias.
Ed. La vaca. 2014.
• Documental Diana Lenton. https://www.youtube.com/watch?v=lAZikxH7G7M
• Documental Historia de un país, CD
1: Campaña del Desierto. Colección Historia Argentina. Canal Encuentro.
https://www.youtube.com/watch?v=1bhYeJkJdck
• Película documental. Octubre
Pilaga. Obligatorio para la materia: https://www.youtube.com/watch?v=ZWV-8P4MA00
• Izquierda diario.
https://www.laizquierdadiario.com/Genocidio-saqueo-explotacion-y-lucha • Revista
Cítrica:
http://www.revistacitrica.com.ar/santiago-maldonado-vigilar-castigar-y-desaparecer.html
• PDF: http://endepa.org.ar/contenido/rincon-bomba-comp.pdf