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lunes, 8 de febrero de 2021

La voz de los sin voz. 

Introducción

Durante el transcurrir de este año 2018, en la materia EDI, del 4to. Año del Profesorado de filosofía, desarrollamos el módulo sobre, CLASE-RAZA-GÈNERO. En las temáticas trabajadas sobre la problemática indígena de nuestro país, vimos una película documental denominada: “Octubre Pilagá” (Relatos sobre el silencio). Una conmovedora y angustiosa historia ocurrida en el año 1947, en la Provincia de Formosa, donde el pueblo Pilagá, fuere perseguido, masacrado, fusilado por la Gendarmería Nacional y cautivo en una reducción de tierras fiscales, siendo luego sus sobrevivientes sometidos y explotados para el trabajo del algodón y la caña de azúcar. Un genocidio más silenciado contra los pueblos originarios de Argentina. Teniendo como punto de partida este acontecimiento histórico, el siguiente trabajo consistirá en un análisis sobre la problemática indígena de nuestro país, atravesada por diferentes políticas públicas aplicadas por el Estado Argentino, cuya visión etnocéntrica dicotómica civilización o barbarie-salvajismo, tuvo un único objetivo, la apropiación de territorios indígenas abundantes en recursos naturales y la utilización de mano de obra barata para el desarrollo de empresas agropecuarias. 

Una historia sin fin. 

Hace aproximadamente unos 30 mil años, grupos humanos emprendieron el desafío de atravesar el mar congelado del Estrecho de Bering, llegando al continente americano. Estos grupos nómades se fueron esparciendo por todo el continente, desde Alaska hasta Ushuaia, fundaron pueblos con un cierto grado de desarrollo que le permitieron prosperar en diferentes condiciones geográficas. Durante el transcurso del siglo XV, Europa había alcanzado un nivel de desarrollo científico y tecnológico, que les permitió salir en busca de nuevas aventuras por el mundo. Por error Cristóbal Colón llegó a América y desde 1492, hasta hoy, este “descubrimiento” de los europeos, llevó a los pueblos originarios de América al borde su extinción. Persecuciones, torturas, muertes, explotación laboral, enfermedades, robo, violaciones fueron algunas de las atrocidades que el europeo cometió en el continente. Las colonias españolas en América permitieron el triunfo de la burguesía europea, cuya máxima expresión fueron: la revoluciones industrial y Francesa; dando inicio al nuevo orden mundial denominado capitalismo. Este sistema económico, político y social se expandió por el mundo en busca de recursos naturales y mano de obra barata para desarrollar sus industrias y América quedó a merced de estos intereses. A comienzos del siglo XIX, esas ideas burguesas libertarias llegaron a América y dio inicio a la independencia de las colonias españolas, dando nacimiento a nuevos Estados Nacionales y entre ellos nuestro país. Argentina no fue ajena a lo que pasaba en el mundo, quería parecerse a la Europa Blanca civilizada y para ello debía apropiarse de territorios que todavía seguían en manos de los pueblos indígenas. Durante los últimos ciento cincuenta años, el Estado argentino ha entablado diversos tipos de vínculos con comunidades originarias a lo largo y a lo ancho del territorio, que modularon entre tratados y alianzas por la vía diplomática, y políticas de usurpación y desplazamientos territoriales mediante el ejercicio de la fuerza. Estos procesos han sido abordados por el campo historiográfico de forma disímil trayendo como correlato la elaboración de discursos instalados hegemónicamente, que supieron entender a estas sociedades muchas veces de forma acrítica y descontextualizada. En este marco, el abordaje de la cuestión indígena se presenta como un gran desafío desde el campo de la historia, pues requiere de una ardua revisión y un replanteo de miradas que permitan dar cuenta de la compleja y heterogénea dinámica entablada entre el Estado argentino – en sus diversas etapas– y las organizaciones político-étnicas de las comunidades indígenas. La campaña del desierto durante el gobierno de Bernardino Rivadavia en el año 1926, (cuyo brazo ejecutor fuera el Coronel Prusiano Rauch), inicia una política de Estado tendiente a ocupar territorios habitados por las poblaciones originarias y destinarlas a la ganadería y posteriormente a la agricultura. Todos los gobiernos que continuaron gobernando el país tuvieron el mismo objetivo. No hubo diferencias ideológicas en avanzar contra el desierto salvaje. Unitarios y federales, conservadores, radicales y peronistas, todos implementaron en diferentes épocas, políticas de Estado que posibilitaran apropiarse de los territorios indígenas con el objetivo de convertir a la Argentina en un país “agroexportador”, al servicio del capitalismo mundial. Sus protagonistas principales: Rivadavia, Rosas, Roca, Yrigoyen, Perón y los gobiernos sucesivos, tuvieron todos, la misma finalidad. En la actualidad, pareciera no haber cambiado nada. La desaparición y posterior muerte de Santiago Maldonado o el asesinato de Rafael Nahuel, ponen de manifiesto la vigencia de esta problemática que todavía no ha sido resuelta, las tierras siguen siendo ocupadas por blancos europeos (Benetton o Lewis), su brazo armado ejecutor la Gendarmería Nacional , y los pueblos originarios reclamando sus tierras que le fueren arrebatadas. 

Los Pilagá. 

El pueblo Pilagá (pit´laxá) habita desde siempre el centro de la provincia de Formosa y Chaco, es un pueblo indígena de la familia guaycurú que. Conviven el mismo espacio territorial con otras comunidades indígenas como los abipones, los mocovíes y los tobas (todos ellos grupos indígenas que vivían desde el siglo XVI, frente a lo que hoy es Asunción del Paraguay), fueron llamados “guaycurúes” por los guaraníes y “frentones” por los españoles (por la costumbre de raparse la parte delantera de la cabeza). Son entre 5000 y 9800 habitantes, que actualmente viven en 19 comunidades en el centro de la provincia de Formosa. Estas comunidades son: Ayo La Bomba, Barrio Qompí Juan Sosa (en Pozo del Tigre),Bartolomé de las Casas (compartida con los tobas),Cacique Coquero, Campo del Cielo, Colonia El Calaudillal, El Descanso, El Simbolar, Estanislao del Campo, Juan Bautista Alberdi, Kilómetro 14,La Línea, La Yolita o Ceferino Namuncurá, Laqtasatanyi, Pozo de los Chanchos, Pozo Molina, Pozo Navagan, San Martín, Sánchez Ibarreta. En sus épocas felices fueron cazadores y recolectores de frutos del algarrobo, del chañar, del mistol, de la tuna y del molle, de los higos de tuna, pequeños ananás silvestres, porotos de monte, raíces y cogollos de palmera, y han practicado el cultivo del suelo. Pero actualmente son explotados en la zafra del algodón y otros cultivos, o los utilizan como hacheros o realizan artesanías típicas como tejidos, tallas de madera (en carandillo y chaguar) y cestería las cuales venden para ayudar a su humilde subsistencia. Algunos privilegiados practican la agricultura y la ganadería (crían cabras y ovejas), además de aprovechar los frutos del monte como base de su alimentación. Todos ellos solo tienen acceso al agua “potable” por medio de la recolección de agua de lluvia o de lagos o ríos cercanos, que se encuentran contaminados. Este pueblo originario luchó muchísimo por lograr que le reconozcan sus derechos, no solo como pueblo sino también como personas. 

Octubre Pilagá. 

En el año 2006, se ordenó el allanamiento de las instalaciones del Escuadrón de Gendarmería de Las Lomitas de esa provincia frente a la denuncia que afirmaba que allí se hallaban las fosas comunes con los restos de personas pertenecientes a miembros de esta comunidad, asesinados por la Gendarmería Nacional, en 1947. La Justicia comenzó la búsqueda y encontró restos de un cuerpo que podrían pertenecer a un integrante del pueblo originario. Mediante la recolección de datos y testimonios de sobrevivientes de la masacre, se realizó el rastreo por todo el área para dar con estos restos, logrando comprobar científicamente la veracidad de lo ocurrido: el fusilamiento de cientos de indígenas. Este hecho se ha mantenido oculto no solo desde el relato construido durante abril y octubre de 1947, que justificaba la presencia policial en la zona y armaba un imaginario de “indio peligroso” en el pueblo, sino también a partir del silencio y la negación por más de 60 años. Gracias a los testimonios de sobrevivientes, que aún residen en Las Lomitas, y del trabajo de un grupo interdisciplinario de arqueólogos, antropólogos y científicos en general, se fue reconstruyendo los acontecimientos, permitiendo hacer un trabajo de comparación y análisis con respecto a las razones que el Gobierno y la Gendarmería habían fundamentado para dar con la ofensiva. Además, Valeria Mapelman culminó en un libro y una película documental: “Octubre Pilagá-Relatos sobre el silencio”, donde se cuenta la masacre en “Rincón Bomba” en 1947 durante el gobierno del General Perón. Mapelman narra que, para mediados de 1947, segundo año del primer gobierno de Juan Domingo Perón, hacía ya más de medio siglo que en el Norte de Argentina, se había impuesto el régimen de colonias aborígenes (antes llamadas reducciones). Estas colonias eran fundamentales para el sistema de control de la población originaria sobreviviente del genocidio iniciado cuatrocientos años antes por los conquistadores españoles. Eran una versión renovada de las antiguas reducciones religiosas y estatales, y concentraban a miles de personas de distintos pueblos que el Estado argentino sometía al trabajo esclavo para satisfacer las necesidades de ingenios, algodonales y obrajes. El Ministerio del Interior era el organismo de gobierno que velaba por el buen funcionamiento del régimen de colonias. La policía y la Gendarmería Nacional, tenían a cargo el disciplinamiento y la represión. En 1947, los Pilagá que habían sobrevivido a sucesivas campañas de exterminio estaban siendo desplazados a tierras áridas o inundables. Aislados, y con su territorio reducido, no tenían otra salida que buscar trabajo en las industrias. La historia oficial siempre nos impuso la idea de desierto y en este caso en particular la de “desierto verde”, es una de las grandes mentiras construidas al servicio de la apropiación territorial y el control de la fuerza de trabajo, sirvió como fundamento al modelo colonizador en el que se fundó el estado argentino, un recurso eficaz para conquistar la pampa húmeda, la Patagonia y ahora el gran Chaco. El desierto verde era un inmenso espacio de bosques, ríos y tierra fértil destinada a la producción ganadera y agropecuaria; además de una población que se convertiría en mano de obra barata para las industrias. El Gran Chaco es un territorio que siempre estuvo en poder de las comunidades indígenas, cuya organización social, económica y política, fue totalmente diferente a la Argentina capitalista del siglo XIX, que veía a estos pueblos como salvajes al que había que “civilizar”, creando reducciones donde las familias eran encerradas para ser moldeadas como proletarios al servicio de la producción capitalista. 

10 de Octubre de 1947. 

En octubre del 1947, en La Bomba , un paraje cercano a Las Lomitas, unos dos mil Pilagá se habían reunido para recibir de boca del carismático Tonkiet (Luciano) la noticia sobre un Nuevo Dios, escrita en un libro hasta entonces desconocido para ellos: La Biblia. Las danzas y los tambores se mezclaron con los himnos bíblicos y resonaron durante muchas noches, y en el regimiento 18 de Gendarmería, distante a sólo un kilómetro del paraje comenzó a gestarse la represión planificada y ordenada por el Estado. La indisciplina tenía que cesar, la gente debía ser encerrada en un espacio controlado para ser enviada a trabajar. Aquella expresión de libertad cultural y religiosa podía ser contagiosa y el escarmiento no tardó en llegar. El día 10 de octubre, al caer la tarde, la Gendarmería Nacional apuntó sus armas contra la multitudinaria reunión, fusilando a cientos de personas. De acuerdo a los testimonios de los sobrevivientes, la matanza se extendió varios días. Después de los fusilamientos del día 10, se iniciaron las persecuciones de testigos a través de los montes, las mujeres sufrieron violaciones y hubo más fusilamientos en las comunidades cercanas. Muchos niños murieron por las heridas de bala. Muchos ancianos murieron vencidos por el cansancio y la sed, acorralados por las tropas que patrullaban el acceso a los arroyos. Los cadáveres no pudieron ser sepultados y continúan desaparecidos. Los sobrevivientes recuerdan las capturas y el encierro final. Los diarios de la época también informaron estos hechos aunque en forma muy distinta a lo que paso realmente. En esas noticias se les echa la culpa a los aborígenes de su propio genocidio: "Extraoficialmente, informamos a nuestros lectores que en la zona de Las Lomitas se habría producido un levantamiento de indios. Los revoltosos pertenecen a los llamados pilagás quienes, según las confusas noticias que tenemos, vienen bien previstos de armas... ya se habrían producido algunos encuentros, no se sabe si con los pobladores de la zona o tropas de la Gendarmería Nacional". (Diario "Norte", Formosa, pág.1, Col. 5).” "El viernes último, en horas de la tarde, en la localidad de Las Lomitas, Territorio de Formosa, se ha producido un levantamiento de indios pilagás, como consecuencia de un asalto que habrían realizado estos últimos contra vecinos de ese pueblo, lo que habría obligado a intervenir a las fuerzas de la Gendarmería Nacional allí destacadas". (Diario "El Intransigente", Salta, 12 de octubre de 1947, pág. 6, col.1-3).” "Días atrás se produjo en Las Lomitas, localidad del vecino territorio de Formosa, un levantamiento de 1.500 indios de las tribus pilagás existentes en esa zona. Fuerzas de Gendarmería Nacional debieron actual con energía para impedir que esa actitud acusara desgraciadas consecuencias, y el gobernador formoseño se vio precisado a concurrir al lugar de los sucesos para calmar a los indígenas sublevados". (Diario "El Territorio" de Resistencia, Chaco, en la pág. 3). "En las Lomitas se Produjo un Levantamiento de las Tribus de Indios Pilagás..” Informaciones procedentes de estación Las Lomitas hacen saber que en aquella zona se produjo un levantamiento de las tribus de indios pilagás. Las mismas noticias aseguran que tropas de la Gendarmería Nacional intervinieron inmediatamente para restablecer el orden. Se tiene conocimiento que están listos para partir hasta Las Lomitas, en caso necesario, efectivos del ejército destacados en la guarnición local". (Diario "La Prensa", domingo 12 de octubre de 1947 (Día de la Raza), página 13. Aquí vemos la complicidad de los medios de comunicación de aquella época haciendo alusión a la matanza en forma de que fueron los Pilagás los culpables de dicha masacre y no el gobierno. De esta manera hacen ver a los aborígenes como seres malvados e innecesarios para la sociedad, de tal forma que la gente apoye este genocidio, cosa que ha venido sucediendo desde épocas inmemorables y que, lamentablemente, aún hoy sigue pasando. Uno de los ejes fundamentales del libro es el cuestionamiento de los relatos oficiales, periodísticos y académicos que criminalizan a los originarios y justifican la represión. Al igual que en masacres anteriores como la de Fortín Yuncá (1919) y Napalpí (1924), la prensa cumple un rol funcional al poder político creando un “territorio salvaje y peligroso” para avanzar hacia la destrucción de los pueblos originarios, tergiversando los hechos para criminalizarlos, y luego silenciando para restablecer la calma y que el manto de silencio sepulte la masacre en el olvido. La noticia del “malón indio” una vez ocurrida la represión debía justificar las balas disparadas y la destrucción de pruebas. La academia acompañó las investigaciones realizadas en los años ‘70 en el Gran Chaco buscaron desde un discurso científico convertir a las víctimas en victimarios y se convirtió al monte en un escenario de guerra entre dos bandos, abonando una teoría de los dos demonios, al igual que la dictadura militar del 76, justificó los 30.000 desaparecidos. En su libro Argentina originaria, Darío Aranda, nos dice que los pueblos originarios tienen la historia en común con los blancos, con promesas incumplidas, intentos de sometimiento, muerte, despojos, resistencias. Desconfían del periodismo. Tienen experiencias de engaño, siempre a favor del político, el estanciero o empresario. Identifican a los medios de comunicación como aliado del poder de turno, socio del modelo extractivo que los acorrala, les quita alimentos, los condena. Los pueblos originarios no están en la agenda de los medios, se los niega o se los muestra como el pasado salvaje y cuando aparecen en los medios siempre son destinatarios de caridad, limosna, pero que nunca cuestionan la causa de su postergación histórica o se los muestra como un hecho folklórico, haciendo eje en su vestimentas, costumbres o comidas. Nunca los considera como sujetos de derechos y actores políticos y sociales con demandas legítimas y derechos incumplidos. Valeria Mapelman, en su libro Campañas militares, reducciones y masacres. Las practicas estatales sobre los pueblos originarios del Chaco, Historia de la crueldad argentina, nos dice: “la discriminación que sufren nuestros pueblos originarios es problema de todos, ya que ellos son los verdaderos “dueños” de esta tierra, ellos que con su lucha y su sacrificio, comenzaron a forjar los suelos de este país antes de la llegada de los españoles inclusive y que ahora, por el afán de conseguir las riquezas de las tierras que habitan, están siendo exterminados, no solo en el sentido literal de la palabra, sino que también se los elimina de la educación, de la cultura, de la salud y del pueblo argentino en general, como si ellos no formaran parte de esa “argentinidad” que poseemos o decimos poseer. Ellos nos necesitan, necesitan ser tratados como iguales, ya que lo son. Ellos, y nosotros, exigimos que se le respeten sus derechos de una vez y para siempre, así por fin pueden dar por terminada esta batalla que comenzó hace siglos atrás con la venida de esos barcos de bandera española que dijeron venir en son de paz. Porque así, como paso en un principio, que se cambiaban sus riquezas por espejitos de colores, ahora les están “cambiando “sus tierras por promesas que jamás cumplieron ni cumplirán Dejemos de explotar a nuestros hermanos y unámonos en su lucha para que puedan descansar finalmente en paz. Ya mucho han sufrido y es hora de que alguien les otorgue realmente lo que se merecen”. El libro Genocidio en América, cuyo autor Luciano Peñera, nos cuenta la defensa realizada por Bartolomé de las Casas, Fraile Dominico y Obispo de Chiapas acusando a los españoles del exterminio de 40 millones de indios, a partir de 1492. Dice: “...las bacterias y virus que traían los europeos, fueron los aliados más eficaces de los conquistadores. Los indios morían como moscas; sus organismos no oponían defensas ante las enfermedades nuevas, y los que sobrevivían quedaban debilitados e inútiles…”. “...De 70 millones de indios que eran, solo quedan 3 millones, un siglo y medio después...”. “...Entre 1503 y 1660 llegaron al puerto de Sevilla 185.000 kilos de oro y 16.000.000 de kilos de plata...”. “...La economía colonial estaba dirigida por los mercaderes, los dueños de las minas y los grandes propietarios de las tierras, quienes se repartían el usufructo de la mano de obra indígena bajo la mirada celosa y omnipresente de la Corona...”. “...Las minas exigían grandes desplazamientos y desarticulaban las unidades agrícolas comunitarias. No solo extinguían innumerables vidas a través del trabajo forzado sino que indirectamente abatían el sistema colectivo de cultivos...”. “...Desterrados en su propia tierra los indios de América fueron empujados hacia las zonas más pobres, las montañas áridas o en el fondo de los desiertos....”. “...Las matanzas de los indios que comenzaron con Colón nunca cesaron. En Uruguay y en la Argentina los indios fueron exterminados en el siglo pasado...”. “...El contacto con el hombre blanco sigue siendo para el indígena el contacto con la muerte. Sobre los Estados Unidos se carga hoy la responsabilidad del genocidio sobre la Amazonia...”. “...El genocidio de América ha sido el resultado o consecuencia final de las guerras de conquista de la cruzada de exterminio y de la política colonial de explotación en beneficio del capitalismo europeo en expansión. Al colonialismo europeo se lo hace principal responsable de aquel inmenso saqueo colonial que hizo posible el desarrollo del capitalismo europeo...”. “...La corona española aparece como su fiel colaboradora o instrumento en su continua política de la hipocresía legal y de intereses mercantilistas...”. “...En realidad la explotación de América benefició en mucha mayor medida a otros países europeos, especialmente a Gran Bretaña...”. 

Algunos comentarios interesantes al respecto. 

“Hicimos una búsqueda intensiva en el monte formoseño. En base a muchos testimonios confirmamos la ubicación de una fosa. Con autorización del juez, confirmamos los hallazgos. Los cuerpos estaban degradados por el tiempo y las condiciones climáticas. No es un cementerio porque los pilagás no hacían fosas colectivas y a sus muertos los enterraban en dos fosas”. En este caso, hay cráneos que sufrieron un estallido efectuado con proyectiles de alta velocidad. Fueron traídos muertos y se sospecha de miembros de la Gendarmería. Según testigos, los cuerpos fueron tirados en el lugar desde dos camiones. También hemos encontrado bulones que corresponden a los camiones de carga de aquella época” (Enrique Prueguer, Equipo Científico Forense, MARZO 2006) “En mis años nunca había llegado a informarme que había pasado en Rincón Bomba, esto ha estado muy oculto, no figura en la agenda de la historia que nos cuentan. Es necesario que se conozca en todos lados, en cada escuela, en cada pueblo del país” (Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora). “Pilagás. Un modelo de lo que dejó la llamada colonización para los pueblos originarios. Cuando quisieron defender lo suyo de los invasores, la solución occidental y cristiana: balazos, muerte, persecución. El bosque, la selva como último recurso, como último refugio. Pero el presente y el futuro les anuncia: hasta allí los van a perseguir, hasta de allí los van a expulsar con la palabra progreso. Irán a engrosar, como otros originarios, las villas miseria de las grandes ciudades del progreso. Todavía quedan entre ellos algunos ancianos que recuerdan la matanza sufrida en 1947 a manos de la Gendarmería Nacional. Rincón Bomba. En Formosa. A tiro limpio, los salvajes, los bárbaros, expresión de Julio Argentino Roca que quedó para siempre. Es que había que dejar libres las tierras para los inversores. Ahí está el futuro: las inversiones, no el cuidado de la naturaleza. Después de los tiros asesinos de la Gendarmería Nacional en 1947, llegó el progreso a manos llenas. Llenas para quienes obtuvieron las ganancias” (Osvaldo Bayer, historiador, 2010) “Yo escuché ametralladoras. Al monte nosotros en plena noche. No sabemos qué pasó con todos, con las tolderías...Antes ya habían muerto envenenados. Yo visto eso. Nos fuimos a Campo del Cielo (un poblado a 35 km de Lomitas). Muchos visto tirados, no sé si los enterraron. Nosotros queremos saber. Nos trataron muy mal. Gendarmería nos corrió de madrugada. Dormimos en el monte. En Campo del Cielo, Nicolás Curestes nos ayudó. Estaba en defensa de nosotros” (Alberto Navarrete, sobreviviente, 2008). “La Masacre de Rincón Bomba es un hecho que sucedió no hace mucho tempo. Sesenta y nueve años no son 500 años. Fue una masacre cometida por soldados argentinos contra indígenas que habitaban territorio argentino. Con las armas del Estado Nacional, masacraron a niños, hombres, mujeres y ancianos del Pueblo Pilagá. Y aún no tienen Justicia” (Francisco Nazar, Equipo Nacional de Pastoral Aborigen).

Conclusión. 

Parece que nada ha cambiado en la historia de nuestro país, pese la Reforma Constitucional de 1994, que en su artículo 75, inciso 17, donde se reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas y la posesión y propiedad de las tierras comunitarias o nuevas legislaciones como la Ley 26.160, que hace referencia a las comunidades indígenas y la creación del INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas) y la incorporación, de todos los Tratados de Derechos Humanos internacionales con jerarquía constitucional, que condena el racismo, la esclavitud, la tortura y pregona el respeto a la diversidad cultural. Hace nada más que un año, la muerte de Santiago Maldonado puso en evidencia esta problemática milenaria que todavía no está resuelta. Hoy, las comunidades originarias siguen reclamando sus derechos comunitarios. Algún día el Estado Argentino deberá realizar una reparación histórica por el padecimiento sufrido, lo peor del ser humano afloró, la agresividad en su máxima expresión se puso de manifiesto desde hace cinco siglos. La codicia del blanco por apropiarse de los territorios de América, el desarrollo del capitalismo culminó en el genocidio más grande de la historia de la humanidad de 50 millones de indios del que no tuvieron la posibilidad de defenderse frente a semejante atrocidad, no tuvieron un juicio justo como el de Nüremberg al pueblo judío; o el Nunca Más y juicio a las Juntas Militares por los 30 mil desaparecidos en Argentina. Por todas estas razones, además de haber participado del “Foro Internacional Indígena sobre Biodiversidad”, realizado en Buenos Aires, en 1997, y haber comprendido a los pueblos originarios en su pensamiento y sentimiento de respeto hacia toda forma de vida en el planeta, su defensa por la ecología y recursos naturales, su solidaridad por sus semejantes, su amor a sus dioses, etc., es que siento mi deber de reivindicar su cultura. Mapuches, Tehuelches y Pehuelches en la Patagonia; Coyas, Tobas, Aymarás, quechuas, en el norte; Tobas, Matacos, Pilagás, Guaraníes en el noreste; Araucanos y Pampas, en el centro del país, siguen solicitando a nuestras autoridades provinciales y nacionales la devolución de sus tierras de la cual fueron desterrados y condenados a la pobreza. 

Bibliografía utilizada. 

• Valeria Mapelman. Octubre Pilagá. Memorias y archivos de la masacre de La Bomba. Ed. Tren en movimiento. 2015. • Luciano Peñera. Genocidio en América. Ed. Planeta. 1980. 
• Dario Aranda. Argentina Originaria. Genocidios, saqueos y resistencias. Ed. La vaca. 2014. 
• Documental Diana Lenton. https://www.youtube.com/watch?v=lAZikxH7G7M
• Documental Historia de un país, CD 1: Campaña del Desierto. Colección Historia Argentina. Canal Encuentro. https://www.youtube.com/watch?v=1bhYeJkJdck 
• Película documental. Octubre Pilaga. Obligatorio para la materia: https://www.youtube.com/watch?v=ZWV-8P4MA00 
• Izquierda diario. https://www.laizquierdadiario.com/Genocidio-saqueo-explotacion-y-lucha • Revista Cítrica: http://www.revistacitrica.com.ar/santiago-maldonado-vigilar-castigar-y-desaparecer.html • PDF: http://endepa.org.ar/contenido/rincon-bomba-comp.pdf