Kraken nos relaciona a la idea de la "isla flotante", un monstruo sobre cuyo lomo crecen árboles y plantas y se desarrolla una extensa y completa vida vegetal y animal.
Es cómo un diabólico pulpo gigante, o una cruza de serpiente y tortuga, o cangrejo de mar.
Es un mito de los marineros que desembarcan en una isla y encienden fuego que despierta al monstruo, quien se sumerge y arrastra hacia las profundidades del mar a todos los marineros, como un tsunami.
Si los antiguos mitos cosmogónicos identifican al universo como un ser viviente, no es extraño que hayan quedado restos de la idea, como las islas vivientes, aunque el todo se haya transformado en un mundo natural.
Este ser pertenece a la ciencia de la Criptozoología, que estudia los animales fantásticos que pueden encontrarse en este planeta. Animales desconocidos para la ciencia oficial y cuya posibilidad de existencia se basa en testimonios o en señales que no alcanzan para probar su realidad, (como el Nahuelito, monstruo que aparece en el lago Nahuel Huapi de Bariloche).
Modernas técnicas de investigación confirmaron descubrimientos zoológicos de ciertos animales que las culturas indígenas o versiones lejanas del tiempo, de viajeros o aventureros, ya habían nombrado en sus leyendas y tradiciones.
El mito de la isla flotante se reitera en distintas épocas y en diferentes culturas. Embarcaciones que desaparecen en el mar sin dejar rastro alguno, no hace más que revivir la leyenda de un fantástico animal confundido con la isla.