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domingo, 30 de abril de 2023
Una clase de filosofía
La semana pasada una alumna me pregunto: Profe, ¿por qué no usa celular? Me quedé pensando y le respondí: porque la herramienta de trabajo de un profesor de filosofía es la palabra, el lenguaje. La filosofía es una actividad dialógica que se entabla con los estudiantes a partir de un texto, un problema. Es necesario que nos comuniquemos cara a cara para poder construir nuestra subjetividad, nuestra comunidad, a partir de un pensamiento propio, crítico, reflexivo. ¿Si no hay diálogo, conversación, discusión, debate que nos depara nuestra humanidad? Es una obligación que tenemos de pensar, problematizar las cosas que nos aquejan. Si no pensamos el presente ¿qué futuro le dejamos a las generaciones venideras? En la comunicación humana no solo hay palabras, hay gestos, señales no verbales que nos ayudan a comprender que le pasa al otro. El lenguaje no solo ordena nuestro pensamiento, también expresa nuestros sentimientos emociones. Incluso a veces los silencios también hablan, dicen cosas. Pero profe (volvió a insistir mi alumna) hoy si no usas celular no existís. Bueno, puede ser, le respondí… tal vez, para la sociedad en la que vivimos sea una necesidad. Una necesidad es para el sistema capitalista, que solo le interesa que seamos fieles consumidores y que pensemos solo lo que el sistema quiere que pensemos. En tu celular está todo pensando. Hay una inteligencia artificial que piensa por vos. Yo todavía creo que puedo seguir pensando por mí mismo, sin necesidad de dejarme manipular por el mercado que cada vez que busco algo por internet, me salen mil publicidades que me indican lo que tengo que comprar. Todavía sigo resistiendo ese embate y pensando que la filosofía es la herramienta para preguntarnos, cuestionarnos cosas, seguir ilusionándonos en un mundo nuevo en el que el ser humano pueda convivir armónicamente con la naturaleza y los demás seres vivos, en que debemos cuidar la única casa que todos tenemos en común que es nuestro planeta. Mientras hablaba, algunos se interesaban en lo que les decía, otros seguían inmersos en su mundo virtual, pero seguí insistiendo… Bueno, a mí la filosofía me sirve para leer, para no perder el hábito de la lectura y la escritura, además de seguir aprendiendo, también aprendo mucho de ustedes. Incluso, como profesor necesito seguir capacitándome. Por ejemplo, haciendo un curso sobre Saberes y prácticas para una Educación Ambiental crítica, aprendí un concepto nuevo que nunca antes había escuchado de Antropoceno. ¿Antropoceno? ¿y qué es eso profe? Bueno es un nuevo término que utiliza la epistemología para definir una nueva época o era geológica que comenzó en el año 1785 con el surgimiento de la primera Revolución Industrial y dura hasta nuestros días y está marcada por el impacto que produce el ser humano en el ambiente a partir de la masa de basura que genera y que hoy supera la masa de los seres vivos. La masa de basura hace referencia a la cantidad de plástico, cemento en edificios de las megaciudades, coches, ropa, vidrio, etc. Todo esto está alterando el clima y la biodiversidad del planeta. ¿hasta cuándo vamos a seguir contaminando el planeta?. Y si profe tiene razón lo que dice, respondieron algunos otros que se fueron sumando y empezaron a debatir entre ellos. Hice silencio y dejé que discutieran hasta que el timbre dio por finalizada la clase. “La filosofía está dormida en nuestro cuerpo y se despierta cuando nos preguntamos por nuestro Ser”, nos decía Heidegger.
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