Desde hace mucho tiempo, en especial trabajando en educación, me preocupa la falta de sentido que existe dentro del sistema educativo que permite que tengamos que realizar actos administrativos burocráticos que son insignificantes, que generan una perdida de tiempo y que nada hacen para mejorar las prácticas educativas en las aulas de las escuelas, pero que los docentes todos los años debemos realizar para cumplir con esos insumos porque la normativa así lo indica, y de la que la mayoría somos consciente de la estupidez de esos actos que se van normalizando, naturalizando, que nos quejamos en voz baja, pero nos hacemos los boludos para que el sistema siga funcionando de la misma manera sin lograr resultados positivos para la enseñanza de nuestros estudiantes. Podría enumerar unos cuantos ejemplos que vienen a mi memoria, pero puedo mencionar un ejemplo en el que todos los años recorremos las escuelas para que los directivos avalen con sus firmas nuestra declaración jurada de horas, cuando la declaración es un juramento personal que hacemos como sujetos de derechos responsables de decir la verdad y que en el caso de falsear los datos nos debemos de hacer responsables de sanciones establecidas en el Estatuto Docente por mentir. Por mi rol de profesor de filosofía, porque me gusta problematizar, decir lo que pienso con argumentos convincentes y además provocar, deconstruir y dar disputa por la búsqueda del sentido del sinsentido. Eso me lleva a la lectura de textos provocativos como el que acabo de leer "Nuevo elogio a la imbecilidad", y la pregunta que surge del texto promovida por su autor es ¿por qué hay tantos imbéciles en este mundo? una excelente pregunta para encontrar una respuesta.
En un reportaje en la Revista Orsai que encontré investigando por internet, el autor del libro Pino Aprile un escritor y periodista Italiano da una respuesta de la cuál hice una interesante sintesis para comprender por qué los seres humanos son tan imbéciles.
Los seres humanos tienen una tolerancia natural y especial hacia la estupidez. ¿No nos damos cuenta de que casi todas las cosas que hacemos no tienen sentido alguno? Ysi nos damos cuenta: ¿cómo es posible que nos tenga sin cuidado, o que nos hagamos los boludos?
Darwin, en su libro "el origen de las especies", dice que el ser humano es un animal muy similar a los simios antropomorfos que siguió un larguísimo proceso evolutivo, regido por las mismas leyes que siguen marcando el camino de todas las especies y esto nos ha convertido en lo que somos, lo que nos distingue de los demas seres vivos, es la cantidad y calidad de inteligencia que tenemos y que no tienen los demás seres vivos. ¿Por qué esta cualidad de ser tan inteligentes nos tocó solo a nosotros y la utilizamos tan poco? La ley de la evolución es igual para todos: sobreviven quienes mejor se adaptan al medio y que permita adaptarse ventajosamente al entorno. la selección natural no sigue un plan establecido, sino que actua por azar. en una serie de intentos se impone la característica que garantiza nuestra supervivencia de la especie y eso fue, nuestra inteligencia. el origen de nuestra especie comienza con el mono y llegamos a la sublimación de la última especie homo sapiens sapiens (nosotros).
Konrad Lorenz. Libro: "El anillo del Rey Salomón" se preguntó por: ¿Quiénes somos? ¿De donde venimos? ¿Hacia donde vamos? ¿Por qué el ser más inteligente del planeta tiende a actuar de un modo absolutamente irracional? Lorenz estudio el comportamiento de los seres humanos según los principios y métodos de la Etología, y este podría ser el camino para comprender los motivos que nos inducen a comportarnos como estúpidos. Pino Aprile, en una entrevista a Lorenz le preguntó: ¿No cree usted que el comportamiento humano tiende muchas veces a reducir el uso de la inteligencia en vez de aumentarla? ¿Es posible que estemos condicionados por una selección cultural o impuesta por la sociedad que nos acerca a la imbecilidad?
Lorenz enumeró pruebas de la estupidez humana por ejemplo: las Guerras Mundiales, Hiroshima y Nagasaky, muchas de las decisiones que adoptan los líderes políticos mundiales, la carrera armamentistica etc.
La selección cultural tiene mucho más fuerza que la selección natural. Los comportamientos sociales condicionan las opciones de los individuos. Esta selección cultural propicia una disminución de las facultades mentales. el ingenio humano inventa varias salidas para todas las necesidades de nuestra vida y una vez que descubre la solución al problema, no necesita utilizar la inteligencia: le basta con copiar. Pero imitar no es inventar, y asi se marchitan nuestras facultades intelectuales por falta de estímulo.
Un profesor de filosofía que escribio sobre ética política y filosofía del derecho aconsejó a Aprile a no abandonar las intuiciones porque los resultados podrían ser sorprendentes. Lorenz en su libro "La decadencia de lo humano". se pregunta: ¿es realmente posible que la inteligencia humana se encuentre en un proceso de extinción? Esta posibilidad parece un absurdo. Los hominidos de los que procede el hombre se encontraba en clara desventaja frente a los demás animales porque el hombre carecía de cualidades fisicas de defensa y ataque para garantizarle la supervivencia porque estaban a merced de un entorno hostíl y condenados a la extinción. su numero de humanos era escaso. eramos pocos y débiles pero poseíamos un potencial que nos permitió seguir adelante y convertirnos en un motor de la evolución extraordinaria: la inteligencia, un conjunto de facultades, el factor determinante del desarrollo de nuestra especie. nuestros antecesores eran inferiores a sus adversarios y rivales en la competencia para conseguir comida y refugio. esta desventaja quedo compensada con las facultades intelectuales para su evolución. mientras que la supervivencia y la evolución de los otros animales se basaban en las cualidades físicas, el ser humano dependió de sus facultades intelectuales que marcó el camino del Homo Sapiens Sapiens. la inteligencia nos salvo de la extinción y nos convirtió en lo que somos. la evolución del ser humano se ha ralentizado en los últimos 30.000 años, tanto que parece haberse detenido. el aspecto físico y el tamaño de nuestro cerebro son hoy idénticos a los denuestros antepasados hace 300 siglos. ¿Qué es lo que nos diferencia de nuestros semejantes de hace 30.000 años? la respuesta está en la inteligencia. el tamaño del cerebro sigue siendo igual, pero el uso de su inteligencia ha sufrido una profunda evolución porque lo hacemos con mayor intensidad que nuestros antepasados por la complejidad de la tecnología actual, en la habilidad para usar las màquinas de hoy, las ideas, los conocimientos científicos, la especulación intelectual y religiosa, las instituciones y los valores. a pesar de que nuestro cerebro no haya cambiado demasiado de tamaño, nuestras facultades intelectuales han realizado progresos significativos. tal es así que reproducimos la Inteligencia Artificial, la calculadora, la computadora, son réplicas de nuestras facultades mentales. Aprile piensa que nuestras facultades mentales, lejos de reducirse, seguirán desarrollándose aunque la supervivencia está asegurada. Lejos de encontrarnos en peligro por la agresiçon o la competencia de otras especies, hemos exterminado a unas cuantas especies y nuestro excecivo crecimiento demográfico y nuestro poder a través del desarrollo tecnológico científico constituyen una amenaza para el equilibrio ecológico de este sistema llamado planeta tierra. El homo solo es peligroso si es sapiens, si no lo fuera el planeta podría soportar su presencia. el peligro que corre la especie humana no es que se extingue, sino que se multiplique y aumente demasiado y que tenga un poder excesivo ej: Bombas nucleares.
Si la inteligencia es la característica que distinguió al “Homo sapiens sapiens” y fue clave en su evolución, ¿por qué hoy la estupidez parecería ser más funcional para la supervivencia? La herramienta del imbécil es la violencia, la fuerza, porque no tiene argumentos para convencer a sus interlocutores y tiende a suprimirlos, oprimirlos, doblegarlos. Y, lamentablemente, tenemos ante nuestros ojos los efectos de un dominio creciente de la estupidez en nuestro planeta. El ser humano, el Homo sapiens, es el único animal del planeta que puede poner los logros del mejor al alcance de todos. Uno inventa el fósforo y otro enciende el fuego enseguida, aunque no sepa cómo se fabrica el fósforo.
¿Estamos frente a una especie de “imbecilidad organizada” que se convierte en identidad social? ¿Es la estupidez un nuevo tipo de capital simbólico? Sí, la especie humana necesita la estupidez justamente para organizarse Desde Aristóteles hasta hoy, el Homo sapiens es una especie social. Significa que no existe solo, necesita a sus semejantes para existir, y la única manera de existir junto a sus semejantes es siendo estúpido, ¿por qué? Porque para estar junto a los demás no podes ser demasiado diferente, más inteligente, superior a los demás; eso te aísla. Cuando en una comunidad existen solo reglas impuestas sin confrontación, tenemos la prueba, la demostración evidente, de que un estúpido está al mando, en el poder. No solo un estúpido individual, quizás incluso uno solo, sino que un sistema estúpido se ha convertido en un sistema de poder absoluto. Cuando el poder se vuelve absoluto, no hay lugar para la crítica, el diálogo, la inteligencia. Cuando la crítica es sofocada, entonces sabemos que la inteligencia se ha convertido en un crimen.